Existen diferentes tipos de calderas en función del tipo del combustible (gas o gasoil), del espacio disponible y de las necesidades de uso de cada casa. Te mostramos las diferencias entre todas ellas para que puedas elegir la más eficiente para tu hogar.
Dentro de la caldera se lleva a cabo un proceso de combustión de gas. El gas se quema, calentándose y convirtiendo en vapor el agua que contiene la caldera. Ese vapor sale del depósito de la caldera y es el que sirve para calentar.
La caldera de una vivienda está destinada a dos objetivos:
Éstas son las que se llaman calderas mixtas. Son las más habituales en la mayoría de los hogares.
El otro tipo de calderas que existen son las instantáneas, también llamadas por microacumulación. Este tipo de caldera cuenta con microacumuladores (de ahí su nombre): hay depósitos de entre 3 y 5 litros de agua caliente, que permite que al abrir el grifo el agua salga caliente de manera instantánea y no haya que derrochar ni una gota esperando a que el agua salga a la temperatura deseada.
Son las que suelen instalares en viviendas que tienen más de 3 baños.
La elección de un tipo de combustible vendrá determinada por la disponibilidad de cada tipo de combustible en la zona en la que vivas.
1. Calderas de gas
2. Calderas de gasoil o gasóleo
Son las calderas aptas para las viviendas a las que no llega la red de gas canalizado. Al no ser un combustible canalizado, necesitan almacenar el gas en su propio depósito, por lo que para tener calderas de este tipo de combustible se requiere de mayor espacio. Por eso, suelen ser las habituales en las casas unifamiliares.
Son calderas que calientan muy rápido y de fácil mantenimiento, aunque son las que más gases emiten.
Existen calderas de gasoil de diferentes tipos en función del uso para el que sean instaladas:
En general, recuerda que las calderas deben ser instaladas por técnicos cualificados.
Obligatoriamente cada 5 años la empresa suministradora de gas hará una revisión de la instalación del gas. Aparte, las calderas de gas deben someterse a una revisión de mantenimiento de forma obligatoria cada dos años. La revisión es obligatoria anualmente en el caso de las calderas de gasoil y recomendable en el resto.
Desde septiembre de 2015 está vigente la normativa ErP (Energy related Products) que regula los requisitos que deben tener las calderas. Desde esa fecha están prohibidas las calderas convencionales y calderas no eficientes.
Dentro de la categoría de calderas estancas, existen diferentes tipos de calderas.
Existen las calderas de pie: son la de gasoil. El depósito se apoya en el suelo por lo que ocupan más espacio.
Y también existen las calderas murales: son las de gas natural y las de gas propano (o butano). Son los casos en los que la caldera va sujeta a la pared. Son las habituales en los pisos.
Se debe adquirir una caldera acorde a cada vivienda. No sirve de nada comprar una caldera con más potencia de la que pueden asumir los radiadores de la casa, por ejemplo. Sería un gasto innecesario y no aprovechable.
Te mostramos la relación de las necesidades de potencia de la caldera más adecuada para calentar tu casa según sea su superficie, el número de baños que tienes y la gente que la habita.
- Para una superficie de hasta 100 m2 y un cuarto de baño, la potencia de agua sanitaria y de calefacción debe ser de 24 kW.
- Para una superficie de hasta 180 m2 y dos cuartos de baño, la potencia de agua sanitaria debe ser de 28 kW y de calefacción, de 24 kW.
- Para una superficie de hasta 180 m2 y tres cuartos de baño, la potencia de agua sanitaria debe ser de 35 kW y de calefacción, de 28 kW.
- Para una superficie de más 100 m2 y más de tres cuartos de baño, la potencia de agua sanitaria debe ser de 35 kW y con microacumulador y de calefacción, de 30 kW.
Antes de decantarte por una caldera, mira la etiqueta energética, que es obligatoria en todas las calderas a partir de una potencia de 70 kW. Te permitirá comparar los datos de consumo y prestaciones de cada modelo tanto en agua caliente como en calefacción por separado.
Existen modelos de caldera que disponen de la ecoopción de ahorro de energía. Te recomendamos que te decantes por ellos: la factura lo notará y tu bolsillo te lo agradecerá.
Otro punto clave a considerar es que cuente con termostato modulable o modulante, garantía de un mayor ahorro y confort. Es un dispositivo inteligente para optimizar el gasto energético de la caldera. Funciona como sonda de temperatura y continuamente recaba información sobre la temperatura de la casa y manda órdenes para rentabilizar el uso de la caldera. Su principal ahorro estriba en que el termostato regula la actividad de la caldera de la manera más eficiente para que la calefacción o el agua caliente estén a punto con el menor consumo de gas posible, evitando así los constantes y costosos apagados y encendidos de la caldera.
Además, si este termostato lo controlamos de forma remota, se convierte en una prestación tremendamente útil para adaptar la actividad de la caldera a tus necesidades pudiendo adelantar o retrasar su funcionamiento fácilmente con tu dispositivo -ya sea smartphone, tablet u ordenador- desde la app. Por lo tanto, se trata de un termostato inteligente que permite que tu hogar esté caliente en el momento justo que lo necesitas y evita despilfarros de energía y dinero.
Utiliza la caldera de forma responsable. Es muy importante tener bien ajustada la temperatura deseada sin abusar de temperaturas muy altas que solo harán que gasten más dinero. Debes tener en cuenta que cada grado que subas la temperatura, hará que el consumo de energía se incremente en un 7%. Lo recomendable es regular la temperatura entre los 19º C y los 21ºC. Por la noche, se puede bajar la temperatura de los dormitorios hasta los 17ºC.
Controla el gasto. Para ello, es beneficioso tener un cronotermostato. Se encarga de regular la temperatura de la casa durante horas o días y gestionan automáticamente el encendido y el apagado de la caldera. De este modo, se optimiza el rendimiento de la calefacción y se evita malgastar cuando no se está en casa.
Coloca detectores. Las alarmas de gas natural y gas butano son muy prácticas porque alertan ante cualquier fuga.
Prestaciones extra. Algunas calderas incluyen un termostato wifi que permite controlar la caldera a través de dispositivos móviles como smartphones o tablets. Son compatibles con instalaciones térmicas solares, lo permite ahorrar más de la mitad de la energía respecto a las calderas convencionales. También existen termostatos wifi independientes que son compatibles con todas las calderas.