Las calderas de biomasa son una excelente alternativa de ahorro respecto a la calefacción tradicional eléctrica, de gasóleo o de gas. Las hay de leña, policombustible y pellets. Estas últimas utilizan un combustible más económico y menos contaminante que el gasóleo o el gas de las calderas tradicionales: el pellets es un prensado de viruta de madera y resina, 100% natural y renovable. Están indicadas para calentar estancias de entre 100 y 200 m2.
Proporcionan calefacción, agua caliente sanitaria y se pueden complementar con sistemas de energía solar, calderas de gas, de gasóleo y de ventilación mecánica controlada
Las calderas de leña y pellets necesitan un cuarto de calderas, una conexión eléctrica con toma de tierra y una salida de humos.
Hay calderas policombustibles que además de quemar pellets, con un cambio en la regulación, pueden quemar leña, cáscara de almendra o hueso de aceituna.
El pellet es un combustible limpio y económico. Ofrece un ahorro de hasta el 65% frente a otras fuentes de energía.
Las calderas de leña o pellets para calefacción pueden utilizar un sistema de calefacción ya instalado de radiadores o de suelo radiante. Normalmente si pones una calefacción de estas es para sustituir el sistema antiguo, más contaminante y caro.
Los pellets son un combustible 100% limpio y biodegradable, compuesto por un prensado de resina y restos de tala y serrín procedentes de bosques gestionados de manera sostenible.
Destacan por su alto rendimiento y bajo precio en comparación con otras fuentes de energía como la electricidad, el gasóleo o el gas: unos niveles de ahorro aproximado de entre el 65% y el 35% en la factura, según lo comparemos con la electricidad, el gas butano o el gasóleo y una amortización media en el cambio de una caldera de gasoil de unos 3-4 años de media.
Las calderas de pellets están indicadas para estancias de entre 100 y 200 m2. Como norma general podemos determinar una potencia necesaria de 1 kW por cada 10 m2. Dependerá mucho de la región en que se encuentre y del aislamiento de la vivienda.
Si la caldera se usa también para agua caliente sanitaria habrá que tenerlo en cuenta en el cálculo final de la instalación.
Las calderas necesitan un cuarto de calderas (con aberturas de ventilación hacia el exterior), una salida de humos y conexión eléctrica con toma de tierra. La sala de calderas debe tener su propio acceso desde el exterior y una altura mínima de 2,5 m.
Fíjate en que el suelo donde la vas a poner sea estable y resistente para soportar los, al menos, 120 kilos de la caldera.
Deja una distancia frontal libre de 1 m como mínimo. Entre la caldera y el resto de elementos de alrededor la distancia mínima es 50 cm aunque la guía técnica de instalación del ministerio de Industria recomienda dejar al menos unos 80 cm para facilitar los trabajos de inspección y mantenimiento. En cualquier caso, sigue las recomendaciones del fabricante.
La evacuación de los humos procedentes de la combustión se debe hacer siempre hacia el exterior.
La instalación la debe realizar siempre un profesional y con tubos certificados al efecto.
Es muy importante seguir las recomendaciones de la colocación de los tubos de evacuación de humos para que no haya obstrucciones y la limpieza de las partes más críticas. Existen codos de diferente ángulo para poder llevar la salida de humos donde sea necesario. En cualquier caso, recuerda que en cada cambio de vertical a horizontal debes colocar un T con registro para la limpieza. Los tubos que vayan por el exterior de la casa deben ser con aislamiento, para evitar condensaciones en su interior.
Emplea los tubos recomendados para este tipo de calderas, no reutilices los que tuvieras en tu anterior instalación de estufa de leña o caldera de gasóleo. Fíjate en el diámetro de tubo necesario para tu caldera.
El diámetro de la tubería de extracción varía según la potencia:
No utilice nunca gasolina, alcohol, queroseno o combustibles similares para encender la caldera. La caldera incorpora mecanismos propios de encendido.
Utiliza pellets de calidad certificada EN PLUS A1 y sello registrado del fabricante: garantizan el funcionamiento correcto de la caldera, su rendimiento y alargan su vida útil.
El almacenamiento del pellets es muy importante. Debe estar siempre en una zona seca y a ser posible que los sacos no estén en contacto con el suelo.
Realiza las labores de limpieza de manera periódica, según las recomendaciones del fabricante. Dependiendo del tipo de caldera la limpieza será más o menos automática. En muchos casos únicamente se limita el trabajo a retirar las cenizas de su recipiente correspondiente.
No realices ningún tipo de tarea de limpieza y/o mantenimiento mientras la caldera esté en marcha. Espera a que esté apagada y fría.
Limpia periódicamente las incrustaciones del quemador y los residuos del cajón de cenizas.