Para conocer la disponibilidad de los productos y los plazos de entrega, añade tu código postal y tu tienda favorita.
Las chimeneas de gas permiten disfrutar del ambiente cálido, decorativo y acogedor que ofrece el fuego pudiendo regular la intensidad de la llama y sin necesidad de mantenimiento. Aptas para caldear estancias de hasta 70 m2, son una opción innovadora y cómoda a las chimeneas tradicionales.
Este sistema de calefacción utiliza el mismo mecanismo que los calentadores o las placas de gas de la cocina: tiene unos quemadores en su interior que generan llama al pulsar el piloto de encendido eléctrico. Por tanto, requiere una conexión a gas natural o propano, a una conexión eléctrica y tubos de salida al exterior de tipo coaxial para este tipo de combustible.
Una de las ventajas de las chimeneas de gas frente a las de leña es que nos permite controlar la intensidad de la llama y controlar la temperatura. Algunos modelos incluyen mando a distancia para encender, apagar y regular la temperatura, sin levantarnos del sofá, termostato o programadores que nos permiten encenderlas al salir del trabajo, por ejemplo, para que al llegar a casa ya esté caldeada la estancia. Ofrecen un rendimiento en torno al 60%.
Las chimeneas de gas cuentan con la ventaja de poder deleitarse con el encanto del fuego y la calidez de sus llamas y, a la vez, contar con la eficacia, la facilidad de uso y la comodidad del gas, por no tener que guardar el combustible. Además, son resistentes y seguras.
Las chimeneas de gas pueden funcionar con cámara atmosférica o estanca. La primera (atmosférica) extrae el aire de la estancia donde está colocada la chimenea y la expulsa a través del tubo de evacuación. Sin embargo, la segunda (estanca) realiza la combustión dentro de un receptáculo aislado y toma el aire necesario directamente del exterior. La cámara estanca, o sistema de ventilación directa, es más segura y mantiene inalterado el aire de dentro de la habitación.
Las chimeneas de gas, como su propio nombre indica, necesitan una conexión a la red de gas natural o a una fuente de propano para su funcionamiento. El tipo de gas a utilizar depende únicamente del suministro que tengamos contratado en la casa. Antes de decidirte por un modelo u otro asegúrate de que es compatible con el tipo de gas del que dispones. Además de la conexión a gas es necesario contar también con una conexión eléctrica con toma de tierra.
Aunque las chimeneas de gas precisan de salida de humos al exterior, esta puede realizarse a través de la fachada (basta con realizar un agujero de 18 cm de diámetro en la pared) y no necesariamente por el techo o el tejado, a diferencia de las de leña. Ten en cuenta que los tubos de salida de las chimeneas de gas son de tipo coaxial y para este tipo de combustible, no son compatibles con tubos simples de estufas o insert de leña. Al no utilizar leña ni carbón la combustión es más limpia y no exigen apenas mantenimiento (ni recogida de cenizas ni deshollinado de los conductos de evacuación).
Una vez estemos seguros de que cumplimos los requisitos de instalación (conexión de gas, enchufe con toma de tierra y salida de humos) tenemos que tener en cuenta otros aspectos:
Aunque las chimeneas de gas no exigen el mantenimiento periódico de las de leña es necesario que llevemos a cabo unas sencillas tareas para alargar su vida útil y garantizar un buen rendimiento de la chimenea: