A la hora de escoger la calefacción para la casa, ¿has pensado en el panel radiante como una opción muy a tener en cuenta? Descubre cuáles son sus principales ventajas, en qué habitaciones te conviene ponerlo y cómo difunde el calor que emite. Una modalidad de radiador eléctrico de gran confort térmico.
El panel radiante es una solución muy recomendable para conseguir calor de una forma rápida en tus espacios interiores, o como un refuerzo a la calefacción general de tu vivienda. Pero, ¿en qué consiste realmente? ¿Qué debes saber sobre esta modalidad de calefacción antes de elegir entre sus diferentes opciones?
Su principal característica es que mezcla dos maneras de difundir el calor. La radiación infrarroja es la principal y por medio de ella emite ondas invisibles electromagnéticas -absorbidas por todo aquello que se encuentra cerca del panel radiante-. Y por convección, caldeando así el aire del espacio donde se haya colocado el aparato.
Debido a ello, el rendimiento y confort térmico que es capaz de generar es mayor si se compara con otras alternativas. Si escoges un panel radiante para caldear alguna habitación de casa te dará calor rápidamente y como consecuencia aumentará la temperatura de la estancia al instante. Ahora bien, para sentirlo es preciso estar físicamente cerca de la placa, ya que no puede calentar nada que no esté fuera de su ángulo de visión.
El tipo de calor que proporcionan tales radiadores recuerda a la sensación de los rayos del sol cuando los notamos sobre el cuerpo. Sin embargo, en el momento que se apagan dejan de difundir calor al momento, de ahí que se recomiendan ser colocados en esos espacios de la casa donde no se hace vida de forma prolongada. Lo aconsejable es escogerlos para zonas de paso, recibidores, cuartos de invitados, o incluso el baño. Y también concebirlos como un sistema auxiliar de calefacción que resulta muy práctico.
Otras de sus ventajas es que son aparatos con un consumo eléctrico bajo, muy silenciosos cuando están funcionando y es posible programarlos para aumentar su eficiencia y confort. Por eso a la hora de elegir modelo lo ideal es pensar en uno que ya incluya un temporizador o programador electrónico, o bien sea viable adaptárselo. De esa manera podrás conseguir que esté encendido al llegar a casa después de trabajar, o antes de levantarte.
Este tipo de emisor térmico se fabrica en distintos materiales. En concreto sus frentes pueden ser de piedra, de material cerámico, vidrio o aluminio acabado en negro. Sus diseños son fáciles de integrar en cualquier ambiente doméstico, algunos admiten ser pintados al agua si se quieren camuflar aún más en las paredes o personalizarlos. Incluso existen modelos que ya vienen decorados.
La oferta de paneles radiantes que podrás encontrar en cuanto a formas y medidas es lo suficientemente variada como para dar con la solución que necesitas. Los diseños horizontales son los que más abundan porque resultan más fáciles de adaptarse a cualquier distribución espacial. Y quedan bien en cualquier habitación, desde un salón a un dormitorio.
Pero también podrás descubrir versiones verticales, perfectas para encajar en paredes más estrechas donde quizá sea imposible o difícil acoplar un radiador rectangular. Con estos modelos se ahorra espacio, sobre todo si miden 60 x 60 x 11 cm. Además, en el mercado existen opciones móviles, para desplazar el panel radiante por la casa si así lo quieres.
A la hora de mirar su variada oferta, piensa lo siguiente: cuantas más funciones incluya el radiador radiante más óptimo será su rendimiento y a la vez más comodidad te aportará. Por ejemplo, que traiga mando a distancia, un regulador de potencia -muy práctico para regular ésta en función de la temperatura ambiente- o el indicador de que está encendido.
Este tipo de calefacción te ofrecerá un mejor rendimiento si tu casa se encuentra bien aislada. Además, puede ser la solución idónea ante una serie de características propias de tu vivienda, como el hecho de que tenga techos altos, y por tanto con un volumen grande de aire a calentar. El panel radiante es perfecto para plantear una calefacción por zonas en espacios así, y además su distribución vertical de temperatura será bastante homogénea.
Otro factor determinante para elegir acertadamente un radiador radiante es escoger su potencia según las dimensiones del espacio y su nivel de aislamiento térmico. Ni más ni menos. Para que te hagas una idea: si tu vivienda está muy bien aislada la potencia necesaria en Watios por m2 y una altura de techos de hasta 2,50 es de 60 Watios/m2.