El diámetro, la ubicación del tubo y el tipo de instalación son tres criterios esenciales para elegir el tubo de evacuación de humos adecuado para la chimenea o estufa que quieres tener en tu casa. Te enseñamos a mantener en perfecto estado los tubos de evacuación de los humos de tu chimenea.
El primer paso para elegir el tubo adecuado es medir el diámetro de la salida de humos de tu estufa o chimenea. Existen tubos de 80, 100, 120, 150, 175 y 200 mm de diámetro. Si ninguna de estas medidas estándar se ajusta a la de la salida de tu equipo, puedes utilizar un sistema reductor para ajustar el tubo a la medida de tu estufa o chimenea.
Además, los tubos pueden ser simples o aislados:
Es transcendental que se respete la frecuencia de deshollinado y que al finalizar la temporada de invierno el conducto de evacuación de humos quede limpio de cara al siguiente año porque la quema de madera o carbón produce una sustancia, la creosota, que puede perjudicar el funcionamiento de la chimenea.
El combustible del aparato que vamos a utilizar determina el tipo de tubo a usar. La corrosión que hay en la evacuación de los humos es diferente para leña, pellets, gas o líquido. Los combustibles sólidos como pellets, madera y carbón son más agresivos y requieren que el espesor y la resistencia del recubrimiento interior tenga una alta calidad.
La salida de la chimenea debe estar 1m por encima de cualquier otra salida o saliente.
La distancia a otro elemento debe ser dos veces la altura (h) del mismo.