Agua para cocinar, para lavar los platos, enjuagar los alimentos, limpiar… El grifo de cocina es un elemento esencial que comparte con el fregadero un espacio relevante en la estancia y que influye en la comodidad, el estilo o el consumo de agua, entre otros.
Actualmente, encontramos una gran variedad de grifos que te permiten ganar espacio, adaptar el caño a las necesidades de uso, sortear obstáculos o incluso abrir y cerrar el flujo de agua a través de un pedal.
El primer criterio de elección depende de la instalación del grifo, ya que puede ir encastrado en la encimera o de pared.
Una vez seleccionado el tamaño del grifo y el modo de instalación (a encimera o a pared) debes elegir el tipo de apertura que puede ser de dos tipos:
Caño alto, abatibles, invertidos, flexibles, de pedal… Existen diversos grifos que, en función del tipo, te ofrecen prestaciones adaptadas a tu tipo de cocina y a tus necesidades de uso:
Elige un grifo que te ayude a ahorrar en el consumo de agua, además de ser más respetuoso con el medio ambiente. Te permiten reducir el consumo de agua y el gasto en la factura.
Para limpiar la grifería y mantener el brillo, sobre todo en las superficies cromadas, debes utilizar una bayeta suave ligeramente enjabonada y después enjuagar y secar con un paño seco. No utilices productos de limpieza abrasivos, disolventes, vinagre ni estropajos. Para eliminar los restos de cal basta con secar el grifo con un paño seco después de cada uso.