Las soluciones aislantes ecológicas y/o recicladas son una alternativa sostenible para reducir el consumo energético y ahorrar en la factura de la luz o el gas. Tienen propiedades de aislamiento térmico-acústico y están compuestas por materiales naturales 100% renovables.
El corcho es uno de los aislantes con mayor vida útil, mantiene sus propiedades inalterables pese al paso del tiempo.
Los paneles textiles reciclados son los que tienen mejores prestaciones térmico /acústicas y respuesta al vapor de agua.
El cáñamo ofrece una gran durabilidad y es reciclable una vez repuesto de las paredes.
Mide la resistencia del material al paso del calor: cuanto mayor sea el valor, mayor capacidad aislante tendrá el producto. Se expresa en m2*k/W y relaciona el espesor del producto y su conductividad térmica (λ).
La lambda λ indica la conductividad térmica de un material. Cuanto menor sea, mayor capacidad aislante tendrá el material.
Otro dato a tener en cuenta es la Transmitancia térmica (U) que se mide en W/m2*k. Es la cantidad de calor que atraviesa un material o serie de materiales. En el caso de una pared es 1 dividido entre la suma de las resistencia térmicas de todos los materiales o capas que lo componen. A mayor resistencia de las capas, menos transmitancia y mayor aislamiento del conjunto.
Mecánica: los paneles se fijan a la pared mediante tacos y espigas que deben anclar en el soporte entre 40 y 45 mm como mínimo. Una vez fijados se pueden recubrir con diferentes materiales.
Perfilería (rastreles): atornillar rastreles guía en suelo y techo de madera o metal. Entre estos rastreles fijar otros de forma vertical a la pared, desde el techo al suelo, dejando una distancia de entre 40 y 60 cm entre rastrel y rastrel. Cortar las placas de aislante a la medida y encajarlas entre los perfiles. Cubrir con placas de cartón yeso.
Encolado: se pega directamente a la pared con un adhesivo de contacto específico. Extiende el adhesivo con una espátula o brocha y deja secar el tiempo que indique el fabricante.