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Las alfombras también son para el verano. Aunque las alfombras se asocian al invierno debido a sus propiedades de aislamiento térmico y acústico y al confort que proporcionan sus cálidas fibras en cualquier habitación, hay modelos más refrescantes y livianos, compuestos por materiales naturales, ligeros y frescos, que destacan porque transpiran, además de permitir mantener este destacado elemento decorativo en cualquier época del año, tanto en nuestras estancias de interior como de exterior.
Las alfombras de verano se caracterizan por ser más ligeras y de materiales que aportan un extra de frescor a la estancia o que pueden situarse en el exterior.
En general, a menos que lleven un tratamiento específico, cada material tiene unas características concretas:
Cada material se adapta a un estilo decorativo diferente. Elige el que más te convenga en función del espacio donde lo vas a poner y el acabado que quieras:
Sintético: polipropileno y vinilo
El polipropileno es el material más recomendado para el uso exterior. Es una fibra sintética resistente al desgaste y al aplastamiento. Mantiene inalterable su color a pesar de la incidencia de los rayos ultravioleta. Se seca con facilidad cuando llueve o se moja (es antimoho), de manera que puedes colocarla sobre el césped o cerca de la piscina. Son hipoalergénicas así que las personas con alergias podrán disfrutar de una alfombra tanto fuera como dentro de casa.
Otro tipo de alfombras sintéticas son las vinílicas. Su gran ventaja es que son muy fáciles de limpiar y no acumulan polvo, son antihongos y antibacterias, por lo que se recomiendan para las personas alérgicas o asmáticas también dentro de casa. Son impermeables –idóneas para cocinas y baños- pero sí se alteran los colores con la incidencia directa de los rayos del sol por lo que es recomendable que en exteriores queden bajo un techado o cubierta.
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Natural: yute, bambú, sisal o algodón
Las alfombras de fibras naturales como yute o bambú crean un ambiente relajado y muy confortable a la vista y a la pisada. Concretamente el yute es resistente aunque menos que otros materiales al desgaste, por lo que es preferible usar alfombras de este material en lugares con un tránsito moderado. Resultan un complemento perfecto para refrescar un ambiente en verano tanto interior como exterior, donde se pueden lucir siempre que queden cubiertas.
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Por su parte, las de alfombras de bambú son suaves al tacto. Es un material resistente, antibacteriano, que no se contrae, no se expande ni se dobla. Se puede usar en cualquier estancia de la casa y, como las de yute, interior o exterior si está techado.
Sisal
Es otra fibra natural que se diferencia del yute en que es más áspera. Es flexible pero vulnerables a la humedad; de ahí que te aconsejemos su uso en interior. Se pueden colocar en zonas de uso intenso, fuera de la incidencia de los rayos del sol.
Algodón
Son muy resistentes a las altas temperaturas, no acumulan electricidad estática y tienen un alto poder de absorción de la humedad, por lo que se pueden poner en el exterior pero a cubierto de la lluvia. La mayoría de las alfombras de algodón son lavables siempre que tu lavadora soporte el peso.