Para puertas de muebles que se abren hacia arriba o hacia abajo, como vitrinas de cocinas, arcones, muebles bar o secreters, se utilizan bisagras de compás, también llamadas compases.
Un pequeño empuje es suficiente para abrir la puerta con suavidad. Los hay de dos tipos:
A la hora de elegir un compás hidráulico, ten en cuenta además:
10 N = 1 kg.
Estos compases articulados tienen un muelle central que permite regular la resistencia de acuerdo al peso de la puerta. Así se evita que la puerta se abra o cierre con brusquedad. A esto se llama fuerza graduable. La regulación es muy fácil, mediante una llave Allen.
Además, llevan un freno de bloqueo que permite bloquear en ángulo de apertura, si por ejemplo, se quiere que una puerta se abra solo hasta 80º en lugar de 90º.
Al igual que los hidráulicos, los hay de dos tipos:
Estos compases pueden considerarse predecesores de los hidráulicos y se utilizan cada vez menos.
Si buscas reemplazar el compás de un antiguo mueble bar y no quieres colocar uno hidráulico abatible, dispones de compases mecánicos tradicionales como este:
Los compases clásicos son los más sencillos y económicos. Se trata de piezas metálicas articuladas sin un sitema complejo de apertura o sujección. Los hay con y sin freno de bloqueo, indispensable para que la puerta permanezca abierta sin necesidad de sujección.
Tienen diversos usos, pero uno de los lugares comunes para verlos son las autocaravanas.
Se trata de soluciones muy básicas y útiles:
Bloquean la apertura de las patas que forman el caballete
Los más habituales son los de dos baldas (para contar con dos compartimentos). La elección está condicionada por la profundidad del mueble.