Tender la ropa es una labor cotidiana en cualquier casa. Elegir un tendedero que se adapte a tus necesidades domésticas y a tu espacio disponible es clave para secar correctamente tus prendas.
El criterio de elección fundamental es el lugar de uso del tendedero y el espacio disponible.
Existen modelos para todos los gustos: fijos, móviles, extensibles, de pie, giratorios… Para colocar en un balcón, en la bañera, la pared o el techo, un radiador...
Existen diferentes modelos de tendedero. La elección dependerá de una serie de criterios. El principal aspecto que debes tener en cuenta es dónde vas a colocarlo.
Puede ser en el interior o en el exterior de la casa.
Dentro de los tendederos de interior pueden ser: de bañera, de pie (pueden tener alas con más espacio para tender), de radiador o de techo.
Si te decantas por tendederos de exterior puedes utilizar complementos como protectores (plásticos para proteger la ropa) y redes para ropa delicada.
Dentro de los tendederos de exterior pueden ser: de pie, de balcón, de techo o de pared.
También se puede hacer la clasificación de los tendederos en función del modo de instalación. En este sentido los hay de sobreponer o de anclar.
En la instalación, es importante nivelarlo correctamente y usar los tacos adecuados en función del tipo de superficie donde queremos fijarlo. En caso contrario, cuando tiendas la ropa las prendas se deslizarán hacia el lado desnivelado.
Los tendederos pueden estar fabricados de:
Si por falta de espacio o por estética quieras un tendedero que se oculte una vez que no lo necesites tus posibilidades son: los de pie o los extensibles. Ambos puedes plegarlos cuando ya han cumplido su función.
Para ropa interior, calcetines o prendas pequeñas, existen modelos específicos: tendederos giratorios. También hay otros, también giratorios que cuentan con brazo móvil, para el exterior, de modo que puedas tender tu ropa desde la ventana y girando el tendedero puedas llegar de forma accesible a todas las cuerdas cómodamente.