Un perfil es una barra de diferentes materiales cuya sección transversal nos define la forma del perfil y puede ser de diferentes tipos: liso, en ángulo, varilla, en forma de U, de tubo… En función del material y de la forma, los perfiles tienen diferentes usos para realizar numerosos trabajos en casa y aportar un estilo personal al hogar.
Las funciones generales de los perfiles son servir de soporte o sostén, para panelar, para enmarcar papelería, en guías correderas, como elemento de remate en esquinas y de decoración (cocinas, estanterías, mobiliario…).
Los perfiles se diferencian en función de la forma (también llamado perfil), la longitud, el grosor, el material con el que estén hechos; todos esos aspectos determinan su uso.
Las claves para elegir bien un perfil depende principalmente del uso que se le vaya a dar, pero independientemente de eso se deben tener en cuenta otros aspectos como el espesor de la lámina que forma el perfil. El espesor elegido le dará la solidez a la estructura. Y el acabado: si es decorativo, si es una lámina que puede despegarse o es el propio material el que le otorga el remate estético final.
Como elemento de decoración, como por ejemplo como embellecedor de puertas. En estos casos el acabado es el más importante a tener en cuenta en la elección del perfil.
Perfiles para ensamblar: Hacen de conectores entre dos superficies.
Los perfiles también cumplen una función de protección y seguridad tanto para las personas como de los muebles, por ejemplo como elemento protector esquinero (para proteger y decorar las zonas con aristas) y protector de puertas o suelos. Asimismo, los perfiles pueden usarse como parte de la estructura de los bastidores y como refuerzo de muebles y objetos.
Además se destinan perfiles a la ordenación cuando se emplean para instalar estanterías, armarios, guías correderas, etc.
Una de las funciones más extendidas de los perfiles es la de servir de unión y separación de suelos. Se pueden emplear perfiles en diferentes rincones de la casa:
El material del que están hechos los perfiles condiciona su uso y pueden ser de acero inoxidable, de aluminio, de PVC, de hierro, de madera…
Los tipos más comunes son:
La unión entre perfiles de acero puede realizarse mediante soldadura. Es la unión más frecuente y es una unión permanente, por lo que solo se emplean en los elementos que van a permanecer siempre fijos. Asimismo se puede hacer mediante remaches y también quedarían los perfiles unidos permanentemente.
Otra opción es unir perfiles mediante tornillos. Es la alternativa usada en casos de estructuras desmontables o que van a ser trasladadas.
También existen perfiles que se colocan por medio de un adhesivo o autoadhesivo. Uno de los ejemplos más claros de este sistema son los perfiles para suelos o esquineros de paredes y vigas. Destaca por la sencillez de su instalación: basta con fijar el perfil sobre el suelo con el adhesivo de contacto, presionar y esperar a que pegue.