La puerta de entrada es el lugar de la casa por donde se producen más intentos de robo. Pero las estadísticas dicen que, si a los pocos minutos el ladrón no ha conseguido forzarla, desiste. Por eso es tan importante elegir una buena cerradura para la puerta de acceso a tu hogar. Otros lugares de tu casa que precisarán cerradura son la puerta del garaje, la del trastero, la verja exterior o la cancela, pero también algunas ventanas.
Antes de contarte qué tipos de cerradura puedes encontrar, es importante que conozcas sus partes, para familiarizarte con los nombres. Hay cerraduras que se venden con todos los elementos que te mostramos, pero, por lo general, deberás comprar algunos por separado.
Cerraduras de empotrar
Este tipo de cerraduras van embutidas en el interior de la puerta y su cerradero en el lado interior del marco de la puerta. La mayoría de ellas son reversibles; es decir, sirven tanto para puertas que abren a la izquierda como las que abren a la derecha.
Para sustituir una cerradura de empotrar por otra sin alterar la puerta, hay que asegurarse de tomar muy bien las medidas del hueco y de que coincidan las distancias de los orificios para la manilla y el bombín en la chapa de la puerta.
Según el nivel de seguridad, las cerraduras de empotrar pueden ser:
Cerraduras de superficie
Se coloca atornillada sobre la cara interior de la puerta y su cerradero también va atornillado a la cara externa del marco. Son perfectas cuando quieres cambiar una vieja cerradura empotrada y no encuentras un modelo que encaje en el hueco o sin alterar mucho la puerta.
Pueden ser con cuadradillo y usar manilla para abrir el pestillo, o accionarse éste con un gancho lateral o un botón de giro. Las cerraduras de superficie pueden ser:
Las cerraduras multicierre pueden tener tres, cuatro o cinco cierres en forma de bulones pero siempre salen del mismo punto de la cerradura y se alojan lateralmente en el cerradero. Esto supone un único punto de seguridad con varios cierres.
Cerradura multicierre (con tres cierres en un único punto).
Las cerraduras multipunto cierran en varios puntos de la puerta, generalmente arriba y abajo y en el lateral, con uno o varios cierres.
Cerradura multipunto (cinco puntos de cierre).
Si es de empotrar, intenta sustituir la cerradura por otra de las mismas dimensiones. En caso de que no coincidan las medidas y la puerta es de madera, puedes ajustar el hueco: rebajando con formón o rellenando con masilla de madera y haciendo las perforaciones necesarias en el lugar correspondiente.
Cerraduras de empotrar
A. Profundidad de la cerradura
B. Altura de la caja
C. Distancia del frente al centro del bombín
D. Distancia entre ejes: del centro del cuadradillo al centro del bombín
Cerraduras de sobreponer
A. Altura de la caja
B. Ancho de la caja
C. Profundidad de la caja
D. Distancia entre ejes: del centro del cuadradillo al centro del bombín.
E. Distancia del frente de la caja al centro del bombín.
Puedes elegir el acabado entre diversas opciones: blanco, dorado, niquelado, bicromatado… a juego con las manillas y los herrajes de la puerta.
El resbalón de la cerradura lleva un lado en ángulo para que la puerta se deslice en el marco y pueda cerrarse, y otro lado plano, para que, una vez cerrada la puerta, no se abra si no se echa la llave.
En las cerraduras reversibles puedes cambiar el sentido hacia el que “resbala” el pestillo para adecuarlo a la mano de apertura de tu puerta.
No es lo mismo. Por definición, las cerraduras son dispositivos para cerrar puertas y ventanas mediante llave. Los cerrojos se accionan solo manualmente, por lo que solo sirven para usarlos por uno de los lados de la puerta.
Muy comunes para trasteros o almacenes, este tipo de puertas auxiliares requieren de unas cerraduras específicas. Suelen ser más grandes que las cerraduras para puertas de madera, ya que el peso de las metálicas es mayor y requiere que la manilla y el cilindro estén más separados. Fabricados en acero inoxidable o acero niquelado (adecuadas si van a estar situadas en recintos sin humedad), llevan resbalón y cierre en forma de petanca o de gancho.
Las cerraduras eléctricas son las que se usan, por ejemplo, para abrir las cancelas exteriores de las casas, accionando un telefonillo, portero automático o videoportero desde el interior. Suelen llevar un pestillo, que es el que se anula mediante la apertura automática, y un cilindro para llave, que, si está echada impide que la puerta se abra a distancia. Por su parte, las cerraduras electrónicas se abren y cierran con el tecleo de un código numérico o desde el interior de la vivienda.
Cuando las ventanas pueden ser un lugar fácilmente franqueable para un intruso, por ejemplo ventanas bajas, grandes ventanales a un patio o acristalamientos a pie de calle, es aconsejable reforzar su seguridad con una cerradura.
Según el sistema de apertura de tu ventana y el material, deberás elegir un tipo u otro: para correderas de aluminio de pequeño tamaño, para correderas de gran tamaño, para empotrar en ventanas de madera, para colocar en superficie…
Se trata de cerraduras especiales de accionamiento manual mediante llave, que debes adquirir según el tipo de apertura de la puerta de tu garaje: basculante, enrollable, corredera, batiente o seccionable.
Si tu cerradura no lo incluye, deberás adquirir un cilindro o bombín, que es la pieza en la que se introduce la llave tanto por el exterior como por el interior y que tiene sus propias características en cuanto a seguridad y funcionalidad.