Con la llegada del otoño y el invierno se ven de manera más fácil los defectos en el aislamiento de una casa. Las ventanas, las puertas de entrada y de paso y las puertas de garaje son puntos por los que se escapa con frecuencia el calor, aumentando las necesidades de calefacción y debilitando el confort del hogar.
Para solucionar este problema sirven los burletes, sin necesidad de cambiar las puertas y las ventanas y sin obras. Hay una gran variedad de tipos específicos para cada situación: burletes para ventanas, burletes para puertas o burletes para puertas de garaje. A continuación hablaremos de estos tipos y de cuáles son los modos de colocación más adecuados para ahorrar energía.
Las ventanas que no están construidas con rotura de puente térmico, independientemente del material en el que están hechas, no son herméticas y por ellas entran corrientes de aire y el frío exterior. Provocan no solo bajadas de temperatura sino problemas de humedades por condensación, al haber grandes diferencias de temperatura entre el exterior, el material con el que están hechas las ventanas y la temperatura interior con la calefacción puesta.
Los burletes sirven tanto para el invierno como para el verano, pues evitan los cambios bruscos de temperatura.
Hay que revisar el estado de los burletes cada temporada y cambiarlos cuando estén en mal estado; o cada dos temporadas.
Los burletes se colocan de manera muy fácil y solo se necesita una cuchilla o unas tijeras para seccionarlos a la medida.
Consejos a la hora de elegir:
¿De qué materiales existen?
Por lo general todos son autoadhesivos. Hay burletes fabricados en varios materiales. Los más comunes son los de espuma o los de caucho. Hay burletes de varios colores, también para que se adapten bien al color de la ventana.
- De espuma. Los de espuma son por lo general lisos, de diverso ancho y grosor, según el hueco a tapar. Se suelen utilizar para estos burletes espumas de poliuretano y de PVC.
- De caucho y termoplásticos. Los de caucho sintético, goma EPDM o termoplástico TPE pueden ser lisos o con diversas formas que se adaptan muy bien al presionar la hoja contra el marco, cubriendo las desigualdades y los distintos huecos que haya en la ventana, dificultando por completo las corrientes de aire, la entrada de insectos o la suciedad.
- De flecos. Burletes de pequeño tamaño con una parte autoadhesiva y finos flecos, que se adaptan a los huecos de la ventana, impidiendo el paso del aire y de la suciedad. Son muy útiles para poner en puertas correderas.
Si las ventanas ya tenían colocado un burlete muy antiguo, retíralo, pues estará inservible.
Limpia muy bien la ventana, tanto en el cerco como en la hoja. Utiliza un trapo húmedo y detergente neutro. Si hay restos sólidos del antiguo burlete utiliza una cuchilla o similar, sin dañar el material de la ventana.
Quita la película protectora del adhesivo del burlete nuevo y pégalo sobre el rebaje del cerco o su extremo, según el modelo de ventana.
Presiona sobre el burlete, al mismo tiempo que vas desplegándolo y quitando el film protector del adhesivo.
Cuando hayas cubierto todo el perímetro del cerco, corta el sobrante con una cuchilla.
Repasa la colocación del burlete, presiona de nuevo a lo largo del mismo y comprueba que la hoja de la ventana abre y cierra correctamente y que no entran corrientes de aire.
Las puertas son siempre un foco de corrientes de aire en la casa. Aunque sirvan para la ventilación, es conveniente controlarlos y evitarlos en las épocas de mayor frío. Colocando burletes, tanto en el cerco como en los bajos de las hojas de las puertas, se evitan las corrientes de aire.
Hay muchos modelos de burletes para puertas, tanto de entrada como de paso. Para la colocación en los cercos, que luego son presionados por la hoja, sirven generalmente los burletes de las ventanas.
Los burletes bajo puertas evitan las corrientes de aire, además de la suciedad o el paso de insectos.
Para los bajos de las puertas hay burletes específicos.
- Con perfil. Este perfil puede ser de aluminio, material plástico rígido o de diversas maderas. El material aislante puede ser un entramado de pelo (cepillo), generalmente para las puertas de entrada, muy resistente y que no daña el suelo, espuma o de caucho. Hay perfiles de varios colores, para adaptarse mejor a la decoración de las puertas. Se cortan a medida con una hoja de sierra para metales o serrucho de dientes finos, en el caso de los de madera.
- En cinta autoadhesiva. Básicamente es una cinta semirígida autoadhesiva de espuma de poliuretano o de PVC, de caucho o EPDM, que se fija fácilmente recortándola a medida en el extremo más bajo de la puerta. Las hay en varios colores y tamaños, según los milímetros que haya que tapar.
- Deflector. Si quieres evitar que el agua entre por la parte inferior de tu puerta con acceso al exterior, existen burletes para los bajos de las puertas deflectores de lluvia. Este tipo de piezas cuentan con una inclinación en su perfil metálico para evitar el paso del agua, del aire y el ruido por la parte inferior de las puertas. Este diseño permite que sirvan como aislante térmico del calor y del frío.
- Textil. Estos son modelos de bajopuertas que se ponen sobre el suelo o semiadheridos a las puertas con autoadhesivo o velcro. Se adaptan al tamaño de las puertas estándar y evitan el paso del aire, además de ser muy decorativos. Los hay de diferentes formas o que imitan a animales domésticos. Básicamente es una superficie de tela con diversos rellenos aislantes en su interior.
- Bajo puertas deslizante. Estos perfiles están diseñados para encajarlos bajo la hoja de las puertas de paso. Suelen constar de dos rodillos laterales, que quedan vistos sobre la base de la hoja y una base más fina que queda bajo la hoja. Suelen ser de espuma y son muy ligeros, que no impiden la apertura o el cierre de la puerta. Los hay de distintos grosores, según sea el hueco bajo la puerta y el suelo. Estos perfiles se adaptan al grosor de las puertas estándar.
Limpia la superficie de la puerta, con agua y jabón neutro. Seca después. Así mejorará el adhesivo y habrá menos probabilidades de que el burlete se desprenda.
Mide el ancho de la hoja de la puerta y corta a medida el burlete, según sea su tamaño. Si es un burlete con perfil plástico, metálico o de madera, corta con la sierra correspondiente.
Marca el lugar y atornilla el perfil a la hoja de la puerta, si el perfil es para fijar con tornillos. Si es autoadhesivo, retira el film protector del adhesivo y pégalo directamente en la puerta. Si el burlete es de pelo (cepillo), este debe rozar ligeramente el suelo, aunque no lo dañará.
Para bajo puertas deslizante, mide el tamaño de la hoja para cortar a medida con una cuchilla y, a continuación, introduce el burlete debajo de la puerta.
Comprueba siempre que la puerta abre y cierra correctamente.
Las puertas de garaje antiguas por lo general estaban mal aisladas. Para mejorar su eficiencia se utilizan burletes, tanto para la parta baja de la hoja como para los laterales. Es necesario hacer esta doble combinación.
- Para los bajos de la hoja. Se emplean perfiles de aislamiento que pueden ser de caucho, que es hermético al agua, o de pelo, tipo cepillo, que en ningún caso raya el suelo. En ambos casos una barra o perfil, por lo general de aluminio, es el que soporta el aislamiento. Hay perfiles de varias medidas que se cortan fácilmente con una hoja de sierra para metales. Estos perfiles suelen tener unos orificios pretaladrados para la colocación de los tornillos. A la hora de colocar el perfil hay que medir el hueco a tapar, para saber los milímetros que debe sobresalir el aislamiento bajo la hoja. También se pueden colocar en los bajos de las puertas de los garajes cintas de caucho o espuma autoadhesivas, que sirven al mismo tiempo para sellar los laterales de la puerta.
- Para los laterales. Para aislar y sellar mejor los huecos de los laterales se emplean cintas autoadhesivas de diferente grosor y tamaño que se colocan en los extremos de la hoja. Al chocar con la superficie del cerco al cerrar la puerta, se evitan las corrientes de aire y las pérdidas de calor en el interior. La cinta para los laterales de la puerta puede ser de espuma o de caucho. Las hay de diferentes grosores, según las necesidades de aislamiento. Pueden cubrir huecos de 3 a 16 milímetros o más. Estas cintas sirven igualmente para los bajos de las puertas.
Prepara muy bien la hoja de la puerta y el cerco y retira cualquier resto de suciedad.
Mide el tamaño de la hoja, marca con un lápiz el corte en el perfil bajero y corta a medida con una hoja de sierra para metales.
3.1. Lo normal es que estos perfiles se fijen atornillados a la chapa de la hoja. Presenta el perfil en su sitio, según sean los milímetros de la holgura, haz pretaladros para cada agujero en el perfil y en la hoja con una fina broca para metales, si el perfil no los tiene ya hechos.
3.2. Atornilla fuertemente el perfil a la base de la puerta. Comprueba que ha quedado perfectamente situado a la altura necesaria. Utiliza los tornillos adecuados; si la puerta es de metal emplea tornillos para chapa.
Fija después la cinta autoadhesiva para impermeabilizar los laterales de la hoja. Corta a medida la cinta con una cuchilla. Presiona bien a lo largo de la cinta. Comprueba que la puerta cierra bien y que no se generan corrientes de aire. Esta cinta se coloca en los dos laterales y en la parte superior de la hoja. También sirve para los bajos de la hoja.