Los cables de comunicaciones sirven para conectar teléfonos, porteros y videoporteros, o redes de datos. Están disponibles en colores blanco y gris, de 2, 4, 6 u 8 hilos y con una longitud de entre 5 y 100 metros, para cubrir las necesidades de cualquier tipo de instalación.
Si necesitas realizar instalaciones de puntos de teléfono en viviendas, locales u oficinas, puedes utilizar cables específicos para este fin, de 2 o de 4 hilos.
Si solo dispones de una línea, será suficiente con un cable de dos hilos, independientemente del número de terminales. Para conexiones de dos líneas, necesitarás un cable de 4 hilos.
¿Vas a cambiar tu antiguo “telefonillo” por un videoportero? Entonces necesitarás conectarlo con un cable específico. Te recomendamos utilizar un cable de 6 hilos. Se trata de hilos finos de 0.25 mm2, lo que hace que la señal de la imagen y el sonido no se distorsione por exceso de conductividad.
Este tipo de cables se utilizan para conectar equipos informáticos, routers y todo tipo de equipos que transmitan datos.
A la hora de elegirlo, debes fijarte siempre en la categoría. Se trata de certificaciones que implican una velocidad máxima y una frecuencia de funcionamiento. Los de categoría 5 y 5e son los más comunes en uso doméstico. Los de categoría 6 y superiores se suelen utilizar para uso profesional; ofrecen un mayor rendimiento de la red, ampliación del ancho de banda y mejor calidad de la señal.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de cable. Los tipos de cables de par trenzado más usados en las redes LAN son: