Los cimientos y los muros son la base de todas las viviendas y por eso deben contar con una buena impermeabilización para evitar la humedad por capilaridad. Tanto en el exterior como en el interior debes proteger de la humedad las paredes y cimientos enterrados de tu vivienda.
Junto con la cubierta, los cimientos y los muros enterrados son los puntos débiles de una casa en cuanto a humedades se refiere. Si la vivienda es de nueva construcción, el arquitecto analizará cuál es la mejor manera de hacerle frente según el terreno, la cantidad de lluvias de la zona o el tipo de hogar. En el caso de rehabilitaciones, tendrás que valorar la dificultad de atajar el problema y el coste que supone para decidir cómo frenar la humedad. Te contamos las opciones.
La impermeabilización de los cimientos se debe realizar en el momento de la construcción de la casa. Si no se realiza, a la larga, las humedades por capilaridad van a aparecer.
La mejor manera de que la base de tu casa sea segura y sana, libre de problemas de humedades y deterioro de los materiales en el futuro, es hacer un forjado sanitario, que le evite estar en contacto directo con el terreno. Tanto si se construye con cámara de aire como directamente sobre el mismo, hay dos claves que debes respetar siempre: drenaje e impermeabilización.
En este caso, la base de la casa no está en contacto directo con el suelo, ya que se ha previsto una cámara de aire con respiraderos al exterior en distintos puntos bajo la solera. Esto permite que el aire circule y ventile la estructura, secando la posible condensación que se produzca.
En cualquier caso, para evitar que suba la humedad por los cimientos hasta los muros de la casa, hay que colocar una banda impermeabilizante bituminosa, de PVC o de polietileno, que rompa la capilaridad, una de las formas más frecuentes de humedad en las construcciones.
Si no se puede dejar cámara de aire, por la imposibilidad de elevar la construcción o excavar en el terreno, la solución pasa por hacer un buen drenaje y combinar capas de canto rodado o grava con impermeabilizante, aislante y hormigón.
Aditivos líquidos para mortero y hormigón
Para evitar tanto la capilaridad como la filtración, a la hora de preparar el hormigón para los cimientos o el mortero para los muros enterrados, añade un aditivo impermeabilizante. Este reacciona con el cemento en el momento de añadir agua, formando sustancias minerales que obturan la red capilar por la que se cuela la humedad, pero permitiendo su transpiración.
Banda impermeabilizante para cimientos
Para evitar la humedad por capilaridad, estas bandas de polietileno tienen diferentes anchuras, correspondientes las más frecuentes a los muros, para no tener que cortar la lámina. Se colocan entre en cimiento y el muro, o en la base de este antes de seguir levantando la pared.
Membrana de PVC
Esta lámina es para colocación en horizontal, por lo que resulta ideal para proteger los cimientos de la humedad por capilaridad. La encuentras en forma de rollos de 1,5 m de ancho y 20 de largo, esta membrana de PVC, resistente a la compresión, tiene un espesor de 0,8 mm y se puede cortar a la medida de los cimientos.
Si hay que hacer empalmes, hay que solapar unos 5 cm una capa sobre otra y sellarlas, bien con aire caliente, bien con adhesivo para PVC.
En el caso de casas antiguas y en construcciones de mediocre calidad es frecuente que se hayan “saltado” el paso de colocar un impermeabilizante que rompa la capilaridad en los cimientos. Entonces, si aparece humedad por capilaridad, hay que actuar cuanto antes.
¿La solución?
Es algo más compleja, pero existe tratamiento. Lo ideal es aprovecharse de la capilaridad de los materiales y, en esos pequeños huecos imperceptibles a simple vista que hay, introducir un impermeabilizante químico en forma de líquido o gel que cree esa barrera para frenar la humedad.
Lo más común es perforar la parte baja del muro, bien por el exterior o por el interior (por donde resulte más accesible), con múltiples orificios alineados a lo largo del perímetro e inyectar el impermeabilizante. Cuando los cimientos están levantados sobre estructura de ladrillo, se suelen hacer los agujeros a lo largo de la junta, por donde se expandirá el tratamiento creando una barrera.
Tienes dos opciones para este trabajo:
- Perfora la pared cada 10 o 15 cm, con una broca de 12 mm, con cuidado de no traspasar el muro para que no se pierda producto por el otro lado.
- Retira los restos desprendidos; puedes usar un soplador con cánula o una pistola de aire comprimido.
- Inyecta el producto en cada orificio, haciendo que la pasta rebose 1 cm por la boca del agujero.
- Deja secar y aplica el revoco final, siempre con un producto que deje transpirar a la pared.
Los muros enterrados pueden sufrir humedades, sobre todo, por filtración, pero también por capilaridad. Además, si se trata de paredes de sótanos o garajes soterrados, también pueden producir condensación en esas estancias.
1. En el exterior, un perfecto drenaje a pie de muro
Una vez impermeabilizados los cimientos, la mayoría de los problemas de humedad se evitan tratando la zona perimetral de la vivienda desde el exterior, y esto supone hacer un correcto drenaje para evitar humedades por filtración y por capilaridad. Para evitar humedades en los muros enterrados, hay que tratar dos zonas: el terreno junto a la pared y la pared misma.
El drenaje en la base de la construcción es recomendable siempre, pero se hace imprescindible en terrenos que pueden retener o arrastrar agua, como los situados en pendiente o los arcillosos.
Si en el momento de la construcción de tu casa no se hizo una buena impermeabilización desde el exterior, probablemente ya tengas humedades en las zonas enterradas. Para sanearlas, lo ideal es que realices el proceso que te hemos contado, excavando una zanja perimetral e impermeabilizando el muro antes de montar un drenaje.
Pero atención: si debes profundizar mucho es aconsejable que solicites un proyecto de obra a un profesional. Ten en cuenta que el terreno puede ser el apoyo de otras viviendas o tener bolsas de aire, piedra o agua que provoquen peligrosos deslizamientos al excavar.
Emulsión bituminosa
Para aplicar en los muros enterrados por el exterior y crear la primera y más importante barrera impermeabilizante. En forma de líquido muy fluido, la emulsión es sencilla de aplicar con brocha, rodillo o pistola sobre superficies de hormigón bien limpias y cepilladas, para eliminar partículas sueltas o restos de obra.
Puede aplicarse en una, dos o tres manos, ya que la capa que crea es muy delgada, incluso puede colocarse entre las capas formadas una armadura de fibra de vidrio o un geotextil.
Para soportes con problemas de adherencia, puedes usar la emulsión bituminosa con látex, que mejora el agarre y permite mayor flexibilidad.
Morteros impermeabilizantes
Puedes revestir el exterior de los muros que vayan a ir enterrados con morteros de uno o de dos componentes. Te aseguran su estanqueidad, a la vez que permiten respirar a los muros para evitar la condensación. Hay morteros reforzados con fibras y con resinas, que les confieren cierta flexibilidad, para no dañarse con las pequeñas contracciones y dilataciones de los soportes.
Lámina de polietileno
Una vez seca la emulsión bituminosa, hay que colocar una lámina de nódulos de polietileno cuya función principal es la de proteger el muro ya impermeabilizado con la emulsión. Nunca se coloca la lámina de nódulos (conocida entre los profesionales como huevera) si no se ha impermeabilizado previamente el muro. Lo normal es colocar los nódulos, es decir, los resaltes, hacia el lado de la pared (puedes encontrar algún fabricante que recomienda lo contrario si no hay demasiada humedad en el terreno). Es aconsejable elegir una lámina que lleve por su cara en contacto con el terreno una malla geotextil que protegerá el polietileno de posibles roturas causadas por las raíces. Además, el geotextil filtra el agua de la tierra, drenando la zona y evitando encharcamientos. Colócala con clavos y arandelas. Durante su colocación es muy importante evitar todo punzamiento o rotura en la malla, para garantizar que no haya filtraciones.
Malla geotextil
No es impermeabilizante, pero sí un complemento imprescindible en los sistemas de protección frente a la humedad y drenaje en el exterior y en muros enterrados.
La malla geotextil tiene doble función, por un lado evita que elementos punzantes como raíces, piedrecillas, etc. perforen las protecciones impermeabilizantes; por otro lado su tejido filtrante hace que tenga una gran capacidad drenante. Encontrarás geotextil de distintos materiales, pero si va a estar en contacto con hormigón o mortero elígela de polipropileno, más resistente a los efectos químicos de los componentes del mortero.
Si el exterior del muro enterrado está correctamente impermeabilizado, no tendrás humedades por filtración o capilaridad, pero si la diferencia de temperatura entre el terreno y el interior de la estancia (por ejemplo un sótano que tienes habilitado como oficina o cuarto de trabajo con calefacción) es muy grande, puede producirse humedad por condensación. En este caso el remedio no pasa por impermeabilizar, sino por aislar para reducir la diferencia de temperatura. Puedes usar paneles de poliestireno extruido o placas de fibras o fibra-yeso con lámina barrera de vapor.
Pero si estas habitaciones enterradas o semienterradas muestran síntomas de humedad por filtración en el interior, tienes que poner remedio cuando antes, no solo para evitar que se deterioren las paredes sino también por salubridad.
En este caso tienes dos opciones:
1. Pedir consejo a un profesional que determinará si es necesario excavar alrededor de la casa para realizar drenaje e impermeabilización de muros y cimientos. Es una solución costosa pero definitiva. Se identifica el problema, se soluciona y se reparan los daños estéticos.
2. Intentar minimizar desde el interior las consecuencias de la humedad:
Morteros, siempre antihumedad
A la hora de aplicar el revoco nuevo o tras picar el que esté en mal estado a causa de la humead, usa uno específico antihumedad. Los encontrarás de varios tipos:
Placas de pared: mejor sin fibras
Su ventaja es que te aportan un acabado liso sobre el que puedes aplicar la pintura fácilmente. Para sótanos o lugares enterrados con problemas de humedad, es aconsejable que elijas placas que están fabricadas con velos de fibra de vidrio en vez de fibras de celulosa o vegetales, y que el yeso incorpore aditivos antihumedad, para evitar problemas de putrefacción, bacterias y moho.
Pinturas: mejora el acabado
Aunque las pinturas no van a resolver el problema de una humead grave ocasionada por defectos en la construcción, sí pueden minimizarlo o mejorar situaciones menos graves. En cualquier caso, la estética y la salubridad mejoran aplicando la pintura adecuada.