Hacer una solera de hormigón requiere únicamente cuidado en el proceso y trabajar con las técnicas básicas de la albañilería. Las herramientas que tienes que utilizar son habituales y lo más importante es siempre el replanteo del trabajo.
- En cualquier parte del terreno de la casa, del patio, del jardín donde necesites levantar estructuras poco pesadas.
- Para una caseta de jardín de obra, para un pequeño almacén auxiliar.
- Para levantar una caseta de madera o una pérgola.
- En el perímetro de la piscina.
- Como base para hacer aceras perimetrales.
- En todo espacio que desees embaldosar.
Para calcular el hormigón que necesitas debes obtener el volumen de relleno. Esto lo consigues multiplicando los metros cuadrados de la superficie por el grosor que vas a dar a la solera, recomendable siempre entre 10 y 15 cm. Así, si tienes una superficie de 20 m2 y das un grosor de 15 cm será esta regla: 20 m2 x 0.15 m= 3 m3 de hormigón.
1.1. Delimita el terreno de excavación para la solera. Clava estacas y tiende cordeles para marcar todo el perímetro de la misma. Marca el nivel de elevación de la solera, si va a sobresalir sobre el terreno.
1.2. Excava una parte para marcar la profundidad que debe llevar la solera, teniendo en cuenta el grosor de la misma, con la base de encachado y compactación y la estructura de hormigón armado. Trabaja desde los extremos hasta el centro.
1.3. Haz un encofrado perimetral con tablones de madera sujetos con estacas de madera o metálicas, para que aguanten la presión del hormigón.
2.1. Comprueba los niveles del encofrado con una regla metálica y el nivel. Te servirán de apoyo para el regleado del hormigón.
2.2. Coloca una malla geotextil para evitar los efectos de las raíces sobre la solera. Vierte un lecho de grava de 10 cm y extiende con el rastrillo para que quede lo más plano y compactado posible. Servirá de drenaje y evitará humedades.
2.3. Extiende sobre la grava una lámina de polietileno que cubra toda la base para el hormigón y que sobresalga algo sobre los lados del encofrado.
2.4. Coloca el mallazo metálico, la armadura de acero que servirá para dar consistencia al hormigón y que no se agriete. Debe estar separado del terreno por calces de 5 cm.
2.5. Vierte el hormigón con la carretilla, que se extienda por igual en toda la solera y penetre bien entre la armadura metálica. Completa el llenado del hueco hasta la altura del encofrado.
2.6. Alisa el hormigón con una regla sujeta sobre las guías del encofrado. Haz movimientos en zigzag sirviéndote como guía las tablas del encofrado. Sirve para nivelar la altura de la solera y retirar la pasta de hormigón sobrante. Alisa finalmente con la llana, si deseas un acabado más fino.