El árbol de Navidad, adornado con mimo y con todo lujo de detalles, es un elemento que no puede faltar en la decoración navideña de tu casa. Elige uno que te guste, búscale un lugar especial, móntalo y llénalo de bolas, adornos y guirnaldas hasta dejarlo espectacular.
Revisa tu material y comprueba que no te falta nada, que lo tienes todo a mano y en buen estado, especialmente cuando rescates adornos y bolas de otras Navidades. Revisarlo todo evitará que tengas que dejar el árbol a medias para correr a comprar lo que te falta.
Desembala el árbol. Abre bien las ramas y móntalo siguiendo las instrucciones.
Coloca en primer lugar el pie o soporte.
A continuación, ve ensamblando las diferentes partes del árbol, de abajo a arriba, hasta poner la punta.
Despliégalas y péinalas bien de una en una para devolverles su prestancia. Después de mucho tiempo de estar embalado, el árbol habrá perdido su forma incluso si es nuevo.
Este paso es muy importante para que el árbol recupere su porte elegante, por lo que tendrás que dedicarle el tiempo suficiente.
Una vez tengas el árbol bien abierto y con la forma adecuada es el momento de decorarlo, comenzando por las luces. Asegúrate de tener suficientes luces para tu árbol colocando una guirnalda luminosas adecuada a su tamaño. Si tienes que comprar una pide asesoramiento a los profesionales de LEROY MERLIN para que te aconsejen la medida correcta.
Antes de colocar las luces en el árbol, comprueba que funcionan correctamente.
Las luces han de quedar integradas entre las ramas del árbol. Pon la guirnalda dentro para ocultar los cables (estos han de ser verdes si tu árbol es de ese color) y después ve sacando las pequeñas bombillas un poco hacia fuera.
Un consejo: piensa en el lugar en el que vas a poner tu árbol de Navidad. Si tus luces son para enchufar a la luz necesitarás que haya cerca una toma de corriente. Si el árbol va a estar en una esquina de tu salón, ten en cuenta la zona que quedará a la vista y coloca allí más luces.
Tienes muchas opciones para elegir, además del clásico espumillón: guirnaldas con estrellas, con muñecos, con elementos silvestres como piñas o bellotas, tiras de bolitas y abalorios brillantes, etc.
Las guirnaldas se colocan empezando por arriba y rodeando el árbol en espiral hasta llegar a la base. Poner dos guirnaldas distintas será suficiente para un árbol de tamaño medio.
En este momento conviene alejarse un par de metros y mirar el árbol desde atrás, para ver el efecto general. Así te darás cuenta de dónde quedan huecos y espacios que habrá que rellenar con bolas y adornos.
Comienza por las bolas, procurando que queden repartidas y que las que sean iguales no queden demasiado cerca.
A veces las bolas y adornos navideños vienen con el enganche para colgarlas, pero no traen el cordel necesario.
En los árboles grandes conviene poner arriba los adornos más pequeños, en el centro del árbol los de tamaño medio y en la zona inferior los más grandes.
Sin embargo, si tu árbol es mediano puedes repartir adornos de distintos tamaños como prefieras.
Procura que el resultado esté equilibrado, de forma que no queden los mismos adornos demasiado juntos.
En cuanto a la cantidad de elementos a poner, ten en cuenta que el árbol no debe quedar pobre ni demasiado sobrecargado.
Un cubrepié es una alternativa muy decorativa y elegante para ocultar el soporte. Elige un modelo de yute o decídete por un tapete de fieltro con diseño navideño (lo tienes disponible en diferentes colores). Esta idea es perfecta si tu árbol es de estilo infantil.
Hay otras formas de ocultar el pie del árbol. Puedes usar troncos de madera, algunas plantas como la poinsetia o unos regalos hechos por ti. Para esta última opción, envuelve unas cajas de zapatos con papel de regalo y decóralas con cintas de colores.
Dobla un poco la última rama para que asiente bien la estrella y colócala de forma que quede firme y recta.
¿Quieres una idea más innovadora? Sustituye la clásica estrella por una figura diferente: un angelito, un adorno, un muñeco navideño, etc.