Las leñosas, es decir, los arbustos, la mayor parte de las enredaderas y los árboles, se plantan de la misma manera. Acuérdate de abrir el hoyo de plantación, al menos, 15 días antes de plantarlas.
1.1. Escoge un lugar adecuado en el jardín o el huerto, donde el árbol o arbustos dispongan del grado de insolación y del espacio conveniente. Excava un hoyo entre 2 y 3 veces más ancho y 1,5 veces más largo que el cepellón.
1.2. Comprueba el drenaje echando un cubo de agua dentro del hoyo. Si ves que se empoza en el fondo cambia de sitio o instala tubos de drenaje para canalizar el flujo hacia un sumidero.
1.3. Extrae el árbol de su contenedor con cuidado para que no se deshaga el cepellón. Si remojas la tierra te resultará más fácil hacerlo.
1.4. Si las raíces están espiralizadas, es decir, han crecido demasiado dentro del contenedor dando vueltas en espiral, haz varios cortes en la parte inferior del cepellón e intenta deshacer un poco la maraña de raíces para facilitar que las nuevas que emita puedan expandirse fácilmente.
1.5. Introduce el tutor en el hoyo y, a continuación, el ejemplar o mantén el tutor que trae del vivero. Es importante mantener el cuello de la raíz a la altura que tenía en el contenedor; no debes dejarlo muy por encima de la superficie o, menos todavía, demasiado enterrado, ya que puede acarrear problemas de hongos; peor aún si tapas el punto de injerto.
1.6. Rellena los huecos que han quedado en el hoyo con sustrato de plantación o tierra del jardín mezclada con abono orgánico, compost, mantillo, humus de lombriz.
1.7. Apisona la tierra alrededor del ejemplar con el pie, aunque no tanto como para compactarlo, para que desaparezcan las bolsas de aire. Haz un alcorque y riega generosamente.
1.8. Sujeta el ejemplar al tutor con ataduras de tela engomada o goma para que no marquen la corteza, sin apretarlas demasiado. Si se han producido roturas de las ramas pódalas ahora.
1.9. Esparce abono orgánico sobre la superficie del hoyo.