Una perfecta instalación de tu chimenea es imprescindible para un rendimiento eficiente, desde la colocación de los conductos, la evacuación de humos y el tamaño de tu chimenea. El mantenimiento y limpieza, antes y durante, la temporada de frío es fundamental para garantizar el máximo confort de tu chimenea.
El tubo debe superar en altura los tejados cercanos al menos en 50 cm y distar de otros tejados un mínimo de 8 m.
No te olvides de impermeabilizar el hueco de la cubierta para evitar humedades. Si los tubos salen por la fachada, debes asegurarte de que sean de acero inoxidable con doble capa de aislante y fijarlos muy bien al muro. Si utilizas un hueco de chimenea existente, es recomendable que selles y aísles la instalación con un conducto metálico en su interior. Diámetros exteriores que van de 200-250 mm. (Diámetro 150/200).
Fabricado en acero galvanizado, vitrificado o inoxidable y recomendado para instalaciones en el interior. El más duradero es el inoxidable. El vitrificado está indicado para instalaciones de tubo visto. Grosor desde 0,4-0,8 mm. Diámetro de 100 a 250 mm.
El galvanizado tiene una durabilidad menor.
Fabricado en acero inoxidable y lana de roca. Recomendado para instalaciones exteriores, ya que evitan que el tubo se enfríe con el frío del exterior y que las partículas se solidifiquen obstruyendo la salida del humo. También se recomienda cuando la instalación del tubo está cerca de materiales inflamables, como la madera.
Grosor desde 0,4-0,8 mm. Diámetro de 100 a 250 mm. Uso recomendado en estufas de acero de leña de pequeño tamaño en instalaciones interiores. (Diámetro 100).
Grosor desde 0,4-0,8 mm. Diámetro de 80 a 200 mm. Uso recomendado en estufas y aparatos de leña en instalaciones interiores. (Diámetro 120).
Grosor desde 0,4-0,8 mm. Diámetro de 80 a 200 mm. Uso recomendado en estufas y aparatos de leña en instalaciones interiores. (Diámetro 120).
Con doble capa y lana de roca interior, que permite las instalaciones exteriores. Diámetros exteriores que van de 200-250 mm. (Diámetro 150/200).
Una de las claves para conseguir siempre el mejor rendimiento de tu chimenea y disfrutar del máximo confort es conservarla limpia, ya que el proceso de combustión genera residuos. Las tareas imprescindibles varían según el tipo de chimenea y la frecuencia de la limpieza, tanto del conducto de evacuación como del quemador o el cristal, depende de la intensidad de uso de la chimenea y de la madera utilizada. En tu tienda encontrarás todos los productos específicos necesarios para facilitarte esta tarea.
Deshollinado. Limpieza de los tubos de salida de humos para asegurar que el tubo está despejado y la evacuación es correcta. El deshollinado es muy importante para garantizar la seguridad ya que la acumulación de creosota (un alquitrán inflamable) puede provocar un incendio en la vivienda.
Retirada de las cenizas. Es aconsejable retirar las cenizas del quemador de las chimeneas metálicas regularmente, cada dos días o cada dos cargas de combustible. Para quitar las cenizas puedes utilizar un cepillo apropiado y un recogedor.
Limpieza del cristal (excepto las abiertas). Durante el periodo de funcionamiento de la chimenea debes limpiar el interior del cristal vitrocerámico de las incrustaciones derivadas de la combustión con un desengrasante específico con base de amoniaco. Para el exterior utiliza un paño seco. Es aconsejable que la habitación esté ventilada cuando limpies el cristal, para evitar respirar los vapores de estos productos.
Limpieza de los revestimientos. Limpieza de la piedra o ladrillo del revestimiento si lo hubiera, con un cepillo de cerdas y un producto jabonoso poco agresivo.
Antes de poner la chimenea en funcionamiento asegúrate de que el tubo está despejado. Además, repara las posibles fisuras o arañazos del interior de la chimenea con cemento refractario (soporta altas temperaturas). Para reparar o renovar los tubos exteriores, usa una pintura térmica. En tu tienda LEROY MERLIN encontrarás todos los productos específicos necesarios para facilitarte esta tarea.
Durante el periodo de funcionamiento debes limpiar los conductos de evacuación, el quemador, el cristal y los revestimientos con frecuencia.
Encontrarás leños de hasta 1,5 kg, para chimeneas con mucho uso y, por lo tanto, que pueden generar muchos residuos, y bolsas de 250 gr para mantenimiento periódico. El uso de uno u otro depende del tamaño del aparato (a mayor tamaño, mayor necesidad de producto), la salida de humos (a mayor diámetro, más superficie de deshollinado) y el uso (un uso continuado como calefacción principal implica un deshollinado más continuado o un deshollinado más potente).
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) aconseja revisar el material refractario, comprobar y limpiar, si fuera necesario, los conductos de evacuación dos veces por temporada de uso.