Las puertas abatibles necesitan espacio para abrirse y a veces resultan poco funcionales. Sustituir una puerta de este tipo por una corredera puede ser la solución para ganar metros sin mucha complicación. Es un trabajo muy interesante que te permite escoger entre dos opciones: encastrada o exterior.
Una puerta corredera es una buena opción para ganar espacio en algunas estancias. Las puertas abatibles pueden toparse con algunos muebles, como la cama en el dormitorio o los sanitarios del baño. Y cuando se encuentran en algún espacio reducido (un pasillo, un aseo…) pueden llegar a entorpecer el acceso. En estos casos, instalar una puerta corredera se convierte en la mejor elección. Para abrirla solo tendrás que deslizarla hacia un lado, dejando libre el entorno del hueco.
Pero la funcionalidad no es la única razón para instalar una puerta corredera. Estas soluciones son tendencia y visten los espacios con un estilo muy contemporáneo. Por ejemplo, quedan genial en salones con puertas dobles: los huecos, de gran tamaño, dejan espacio suficiente para deslizar las hojas sin que se topen con la pared. Son una excelente solución si queremos abrir los espacios (por ejemplo, unir la cocina con el salón), sin renunciar a independizarlos en determinadas ocasiones. Las puertas correderas exteriores deslumbran en los ambientes modernos: sus mecanismos y embellecedores de metal, minimalistas y decorativos, aportan un toque industrial muy interesante a la decoración.
¿Has decidido instalar una puerta corredera? Piensa en reciclar la puerta abatible original y utilizarla en la nueva instalación. Las ventajas de esta pequeña reforma son muchas:
Para que la instalación quede perfecta tendrás que cuidar las medidas al máximo. Dependiendo del sistema que escojas, es posible que tengas que reducir el tamaño del hueco o agrandar la propia puerta. Valora los pros y los contras antes de decidirte:
Fíjate qué sencillo y rápido es convertir unas puertas abatibles en correderas con este sistema de guía y rodamientos exteriores. Te lo enseñamos en el siguiente vídeo:
Para esta instalación tendrás que construir un falso tabique, dentro del cual se coloca una estructura de metal llamada casoneto. La estructura esconde la puerta corredera cuando está abierta. Es un trabajo algo complejo, pero lo puedes hacer tú mismo si te gustan el bricolaje y las reformas caseras. Para poder instalar una puerta de estas características, necesitarás que el hueco tenga espacio suficiente a izquierda o derecha para alojar el casoneto.
Aquí tienes el siguiente vídeo con más información sobre cómo instalar una puerta encastrable:
Convertir una puerta abatible en corredera, paso a paso. ¡Aprende cómo hacerlo!
A la hora de convertir una puerta abatible en corredera, puedes escoger entre una instalación encastrada o con guías exteriores. La diferencia es evidente: el primer sistema permite esconder la hoja dentro del tabique cuando está abierta, mientras que en el segundo la hoja se desliza hacia la pared y queda vista.
Puertas correderas exteriores. Su instalación es mucho más sencilla y asequible que la de una corredera encastrable. Eso sí, necesitarás espacio suficiente en uno de los lados para deslizar la puerta cuando esté abierta. Además, tendrás que seguir unos pasos concretos para la instalación.
Retira la puerta y el marco. Quita también las bisagras del marco y el resbalón. La hoja no cubrirá el hueco del todo, por lo que tendrás que hacerlo más pequeño. A esta tarea se le llama “recrecer el hueco” y consiste en fijar tapetas, jambas o listones. Los puedes colocar con un adhesivo de montaje resistente. Estas piezas tienen un espesor de 1 cm, por lo que si colocas una a cada lado reducirás el vano en 2 cm. Sumados al espesor del marco de la pared (batiente) obtendremos 4 cm, grosor suficiente como para que la puerta cubra el perímetro del hueco.
La puerta no se puede instalar tal y como está: hay que retirar las bisagras y el tirador. Tendrás que rellenar los huecos con masilla para que queden bien enrasadas. Si son muy profundos, es mejor rellenarlos con piezas de contrachapado o de madera cortadas a la medida y finalizar el acabado con masilla. Pintar después la puerta para cubrir estas reparaciones: intenta que el acabado quede igual que el del resto de las puertas de la casa.
Tienes muchos tipos de diseños para escoger, desde los más clásicos hasta los de estilo minimalista.
Son las piezas superiores que se conectan a la barra o guía y permiten a la puerta deslizarse. Se fijan con tornillos en el canto superior de la puerta.
La barra o guía superior es la pieza de la que se suspende la puerta corredera. Se fija a la pared con tornillos y tacos; antes, es fundamental comprobar que está perfectamente nivelada. A continuación solo tendrás que colgar los rodamientos de la barra o la guía. Si el sistema lleva placa embellecedora, colócala para terminar la instalación. Si lo deseas, también puedes colocar un tirador en la puerta para facilitar su apertura.