Una impresora 3D es una máquina capaz de crear estructuras físicas a partir de un archivo digital. Lo hace añadiendo capas de un material, generalmente plástico, a partir de las instrucciones contenidas en un archivo digital.
Las impresoras 3D permiten materializar cualquier objeto que se nos ocurra, desde una pieza rota o perdida de cualquier herramienta, juguete o electrodoméstico, a originales objetos decorativos. Sus principales ventajas son la versatilidad y la capacidad de personalización.
Hablamos de impresión porque el proceso de creación es similar al que se utiliza hoy en las impresoras domésticas, pero en lugar de imprimir tinta sobre papel, se imprimen capas de un material líquido que se seca inmediatamente. El resultado es un objeto tangible igual al diseñado en la pantalla del ordenador.
Lo primero que necesitas para poder “imprimir” objetos 3D es un archivo digital que contenga las instrucciones precisas que le indiquen a la impresora lo que tiene que fabricar. El tipo de archivo utilizado es el formato .stl, que contiene información de una pieza en un solo color, o el .vrml, que almacena información de una pieza en varios colores.
Puedes generarlos tú mismo utilizando algún software de modelado 3D como Autodesk Inventor, Solidworks o Catia, o aplicaciones gratuitas como OpenSCAD o FreeCAD. Otra opción es descargarlos de Internet en sitios como Thingiverse.
Cuando tengas listo tu modelo 3D, solo tienes que utilizar un programa informático para “traducirlo” al lenguaje de tu impresora. Este tipo de software genera todos y cada de los movimientos que hará la impresora para formar el objeto. También determina la temperatura del extrusor y de la base, y genera los soportes o columnas que necesite el modelo en las partes flotantes para ser impreso. Uno de los programas más utilizados para esta tarea es Repetier.
Esta información se traslada a la impresora normalmente a través de un pendrive o memoria externa que se introduce en un puerto USB. Pero también hay modelos de impresoras que se pueden conectar directamente al ordenador.
A continuación, es el momento de cargar el material de impresión, que suele ser plástico (PLA, ABS, Flex, etcétera), y darle al botón de imprimir.
En la actualidad hay varios tipos de tecnologías de impresión 3D. La principal diferencia entre ellas es cómo la impresora deposita las diferentes capas de material para crear la pieza.
Impresión 3D FDM
El método de impresión 3D más utilizado en todo el mundo es el llamado FDM o Impresión por Deposición fundida. El proceso consiste en la fusión de un plástico, generalmente ABS (Acrilonitrilo butadieno estireno) o PLA (Poliácido láctico). Este material es esparcido en capas por las boquillas extrusoras de la impresora en una bandeja, donde va tomando forma la pieza elegida. Este plástico se provee en forma de filamentos en rollos.
Impresión 3D SLA
Otro tipo de tecnología de impresión 3D es la Estereolitografía (SLA). En este método se proyecta un haz de luz ultravioleta a una resina fotosensible, la cual se solidifica conforme es iluminada por el haz UV.
Impresión 3D SLS
Muy utilizada en ámbitos con presupuestos importantes, la impresión 3D conocida como SLS o Sinterización Selectiva por Láser, permite la impresión 3D en varios materiales como la cerámica, el cristal, el nylon o el poliestireno.
Impresión 3D por Inyección
Este método de impresión va inyectando capas de fotopolímeros que se solidifican, mediante la utilización de químicos, en la bandeja de la impresora. Esta tecnología es la única que posibilita la impresión de piezas 3D a todo color, y además permite la impresión de extraplanos o salientes.
Cada vez son más los sectores y áreas que apuestan por las impresoras 3D gracias a que abaratan costes de impresión, agilizan el proceso de producción y otorgan calidad, precisión y versatilidad a los resultados.
Los ingenieros y arquitectos utilizan las impresoras 3D para imprimir piezas de reposición para sus productos, maquetas para mostrar sus proyectos a clientes y todo tipo de muestras y presentaciones. Un sector en el que la impresión 3D se encuentra en fase de desarrollo es el medicinal. Para médicos, odontólogos o veterinarios, la posibilidad de imprimir prótesis bajo medida en un corto período de tiempo para tratar a sus pacientes es un punto muy prometedor y beneficioso. Incluso algunos artistas y estilistas se están estrenando en este mundo para imprimir sus esculturas, joyas, calzados o piezas de ropa.