Los suelos laminados son una opción perfecta y muy elegida para revestir salones y habitaciones de la casa. Además de su alto valor estético, cuenta con la ventaja de que necesita muy pocos útiles para su colocación y que su instalación es muy sencilla, al alcance de cualquiera que quiera intentarlo.
A continuación te explicamos cómo cortar suelo laminado para colocarlo en clic sobre cualquier superficie de tu casa. Recuerda que para ello es imprescindible colocar previamente una lámina de aislamiento sobre la solera.
Antes de ponerte manos a la obra, te contamos algunas cosas que debes saber. Recuerda tener a punto tus herramientas para cortar suelo laminado.
Tipos suelos laminados según su resistencia
Además del gusto personal, para elegir qué suelo laminado poner debes tener siempre en cuenta el uso que le vas a dar, si va a ser zona de poco o mucho tránsito. Los suelos laminados se distinguen por un código de resistencia señalado con un AC y una cifra, siendo los más recomendables para un uso doméstico los que oscilan entre el AC3 y el AC6.
En cuartos de baño y cocina: existen tarimas laminadas de PVC apta para colocar en lugares húmedos como estos.
Tipos de suelos laminados según su acabado
Los suelos laminados tienen diferentes acabados. Su fabricación consigue distantas texturas:
Características especiales de algunos suelos laminados
Además de la resistencia y el acabado, existen otros parámetros importantes para escoger el suelo laminado más acorde a tus necesidades. Existen algunos modelos de suelos laminados con la etiqueta ecológica europea Ecolabel. Esta etiqueta identifica a los productos respetuosos con el medio ambiente a lo largo de todo su ciclo de vida. Desde la extracción de la materia prima, pasando por la fabricación, la distribución y el uso en el hogar, hasta su retirada y reciclaje al final de su vida útil. Si quieres saber más, echa un vistazo a este artículo donde te contamos todo lo que necesitas saber sobre los suelos laminados ecológicos Ecolabel.
En LEROY MERLIN también contamos con un amplio catálogo de suelos laminados que cumplen una serie de características especiales, como que sean antibacterianos, antiestáticos, antirrayaduras o antideslizantes.
Tipos de desnivel para suelos laminados
Consejos para instalar suelos laminados
1.1. Retira el antiguo rodapié de la habitación. Si es de madera o laminado lo puedes hacer con un destornillador plano y un martillo. Si es de cerámica, utiliza un cortafríos y maceta.
Truco: pasa una cuchilla o el canto de la espátula sobre la junta de la pared y rodapié para que el yeso o pintura no se desprendan.
1.2. Repara todos los desconchones o desprendimientos que encuentres en las paredes. Así podrás fijar mejor el rodapié.
1.3. Retira todas las tablas del suelo antiguo y también la moqueta. Si es un suelo cerámico y hay alguna baldosa rota, pica y retira los cascotes y rellena luego con mortero, igualando con el resto de baldosas. Comprueba que el suelo está plano. Los suelos laminados admiten pocas variaciones, en torno a los 2 mm, aunque depende de los fabricantes. Pasa un listón por los puntos donde estimes que hay posibles variaciones.
1.4. Si es un desnivel puntual, lo puedes arreglar con pasta o mortero. Si hay demasiados desniveles, lo mejor es que extiendas una pasta autonivelante.
2.1. Extiende el rollo de aislamiento por toda la habitación. Deja que sobresalga unos 10 cm por el zócalo de las paredes.
2.2. Desenróllalo hasta el otro extremo de la habitación y corta con una cuchilla o tijeras.
2.3. Sigue con otras planchas hasta completar todo el suelo. Las plantas deben quedar a testa unas junto a otras, sin necesidad de solape.
El aislamiento es imprescindible para la durabilidad del suelo y para la comodidad de los habitantes de la casa. Evita pequeños desniveles del suelo y ayuda a mejorar las condiciones acústicas.
3.1. Pon cuñas junto a las paredes, para garantizar una separación para posibles dilataciones de unos 8 mm.
3.2. Empieza por un extremo de la habitación, dejando en el lateral la misma junta de dilatación. La lengüeta tiene que quedar junto a la pared.
3.3. Completa hasta el otro lado de la habitación encajando unas piezas a otras por el ensamble lateral. Empieza la siguiente fila con una pieza no inferior a 20 cm de largo.
3.4. Para encajar de manera frontal unas piezas a otras sólo hay que aproximar la lengüeta al machihembrado, levantarla unos 45º y presionar al bajar hasta escuchar un ligero clic cuando encajan las dos tablas.
3.5. Para unir con dos piezas, encaja primero la lengüeta lateral, también en ángulo de 45º. Después mete la lengüeta en la ranura frontal, levantando las piezas en 45º y presionando al bajar, hasta oír el clic.
3.6. Cuando hay que rellenar un hueco junto a la pared con tablas de menor tamaño haz así: coloca una tabla sobre la última colocada. Y sobre esta otra que llegue hasta la pared. Marca la línea del corte a lo largo de la tabla intermedia.
Si un suelo laminado está bien instalado no debe quedar imperfección apreciable en el mismo, creando juntas que apenas se perciben.
Serrar las piezas de un suelo laminado es muy fácil. Puedes emplear un serrucho o una sierra de calar. También una ingletadora.
4.1. Mide el largo de la tabla y marca con un lápiz. Para que te salga la línea perpendicular utiliza una escuadra de tacón.
4.2. Coloca la pieza que vas a cortar bien sujeta sobre un banco de trabajo y sierra, con el serrucho o la sierra de calar.
Para saber cómo cortar suelo laminado para las esquinas, aproxima una pieza hasta el rincón y marca, con ayuda de una escuadra, el punto de la perpendicularidad de la pared. Sitúa la misma pieza en el rincón opuesto y marca con la escuadra la línea perpendicular que llega desde la pared. Traza con el lápiz la zona de corte, corta con la sierra de calar o con serrucho y encaja la pieza en la tarima anterior, llegando con la tabla hasta el otro extremo del rincón. La continuidad está asegurada.
6.1. Si colocas suelo continuado entre varias habitaciones, debes salvar las formas de estos y también hacer hendiduras en el cerco para que la tabla quede embutida. Pon una tabla sobre el aislante y con el serrucho plano haz el corte unos 10 mm.
6.2. Rebaja con un formón los restos del corte, golpeando con un martillo. Utiliza guantes para proteger las manos.
6.3. Encaja la pieza del suelo correspondiente, encajándolas de manera similar. No quedarán huecos visibles entre cerco y suelo.
7.1. Mide y corta a medida todas las piezas del rodapié. En las esquinas hay que cortar a inglete de 45º para que las dos tablas juntas hagan un ángulo recto perfecto.
7.2. Cuando hay que unir dos tablas para hacer continuo el rodapié, debes hacer el corte también a inglete y unir así las piezas. Da más consistencia y la unión se nota menos.
7.3. Pega el rodapié a la pared con adhesivo de montaje y pistola. Extiende un cordón por la parte posterior del rodapié.