Las plantas de interior dan a cualquier estancia un toque natural, purificando el aire y creando un ambiente fresco y acogedor.
En el recibidor, en el salón, o incluso en el baño. La presencia de plantas en las distintas habitaciones implica numerosas ventajas y, si las eliges teniendo en cuenta la orientación de la estancia y las condiciones, te darán muy poco trabajo.
Las plantas no son un adorno decorativo más. Su encanto y su belleza radican, precisamente, en que son seres vivos. Antes de llevarte una planta a casa, has de conocer sus características y tener en cuenta los cuidados básicos que requiere (riego, horas de luz, humedad ambiental…) para que crezca de forma sana.
La orientación de tu vivienda es importante. Las plantas son más sensibles de lo que parece a las condiciones que les rodean y el hecho de que tu casa tenga orientación norte o sur también influye en ellas. No hay una orientación mejor y otra peor; son simplemente distintas:
Además de tener en cuenta la orientación de tu casa y las necesidades de tus plantas, antes de colocarlas, dedica unos instantes a pensar en la mejor ubicación teniendo muy presente el tamaño de tu planta y el que tendrá en unos meses (no es aconsejable cambiarlas frecuentemente de ubicación).
La planta nunca debe entorpecer el paso y tampoco debe restar luminosidad o visión en tu casa.
Para que crezcan bonitas y sanas, sitúalas en un lugar protegido evitando las corrientes de aire y las fuentes directas de calor (como los radiadores u otras fuentes de calor). La mayoría precisan un lugar luminoso, aunque sea con luz indirecta.
Utiliza los distintos recursos decorativos complementarios, macetas en plástico o madera, tiestos transparentes, cestos colgantes para las trepadoras, minijardineras para hacer composiciones de cactus y plantas crasas…
Las plantas pueden servirte para delimitar espacios (por ejemplo para separar visualmente el salón del comedor), para señalar discretamente algún punto concreto (como un escalón) o para darle un toque de color a cualquier pequeño espacio (un murete estrecho, una mesita auxiliar…). ¡Solo tienes que ponerle un poco de imaginación!
Las plantas tropicales, como el tronco de Brasil, decoran como pocas. Si la tienes en el salón recuerda que es importante mantener sus hojas con la humedad suficiente echando agua frecuentemente con un vaporizador.
Además de estas plantas de dimensiones considerables, siempre hay un hueco para colocar otras más pequeñas que, además, alegren con sus flores: coloridas azaleas, que agradecen las zonas de semisombra, gerberas o begonias, por ejemplo. Unas violetas africanas (que dan flores todo el año) en cualquier mesa auxiliar del salón o del cuarto de estar, darán una agradable nota de calidez y color.