Las aceras protegen a la casa y a los muros del agua, evitando filtraciones en el terreno. Además, sirven de transición de acceso a la vivienda. Pueden ser muy decorativas. Una manera tradicional de hacerlas es utilizando piedra natural, que combina bien en los jardines y casas de campo y unifamiliares.
Si tu casa no tenía un drenaje perimetral junto a los muros, es el momento de hacerlo, antes de realizar la acera. El agua de las filtraciones se debe derivar a una arqueta del saneamiento.
La base para poner el acabado de la acera con las piedras dee ser resistente. Haz solera de hormigón previa bajo una capa de grava. En la base del terreno coloca malla geotextil y sobre la grava, lámina de polietileno. Según la anchura, puedes reforzar el hormigón con mallazo.
Es mejor ir extendiendo el mortero necesario para colocar las piezas que se abarque de una sola vez. Hay que trabar de manera cómoda.
Calcula bien las cotas de altura. A la hora del diseño ten en cuenta la altura del bordillo y el grosor en conjunto de la base de hormigón, de mortero y del planchoncillo de piedra.
1.1. Excava el terreno y aplana hasta dejar perimetrado el espacio donde quieres colocar la acera. Se debe extraer todo el material de suelo no compactado.
1.2. Lo primero que tienes que hacer es marcar el lugar donde irán los bordillos de hormigón prefabricado. Marca la altura y la posición alineada, a nivel o con la pendiente necesaria para la evacuación del agua. Extiende una base de mortero y coloca las piezas del bordillo.
1.3. Los bordillos que delimitan el espacio en una esquina los debes cortar a inglete, para que la arista tenga continuidad. Marca y corta con una amoladora.
2.1. Comienza por un extremo a construir la acera. Haz la mezcla de mortero apropiada de arena, cemento y agua y, después de amasarla bien, extiéndela sobre la solera de la acera. Iguala la altura con la paleta.
2.2. Empieza a colocar las piezas de piedra, según el tamaño y la forma que desees. Coloca la loseta con la mano, presiona ligeramente y da pequeños golpes con la maza hasta conseguir la altura deseada.
2.3. Deja la huella que más te convenga, según el tamaño y la forma de las piedras que tengas y tus gustos decorativos. En los pequeños huecos, pon pequeñas piezas de piedras que cortes con la maza o la amoladora.
2.4. Completa el trabajo de la misma manera. Comprueba periódicamente el nivel de las piezas y su planeidad. Con el mortero aún húmedo puedes rectificar ligeramente.
2.5. Deja pasar al menos 24 horas hasta aplicar el rejuntado. Extiende entre las juntas con la ayuda de la paleta mortero a base de arena, cemento gris y agua. Presiona bien con la punta de la paleta entre las juntas para que el mortero no deje huecos.
2.6. Limpia después con un cepillo de cerdas duras para eliminar los restos no adheridos del mortero de rejuntado. Limpia finalmente las piedras con una esponja. Cuando el mortero haya fraguado puedes limpiar con un chorro fuerte de manguera.
Una alternativa a la piedra es hacer las aceras perimetrales de la casa con un adoquinado.
3.1. Después de colocar los bordillos, haz una solera de hormigón o aplanado de la superficie.
3.2. Extiende una cama de arena nivelada y aplastada con un pisón. La superficie debe estar completamente plana.
3.3. Coloca los adoquines en la forma que desees, siempre procurando que las juntas de los adoquines no coincidan con los de la hilera anterior.
3.4. Golpea ligeramente las piezas con un listón para que queden completamente planas o niveladas.
3.5. Termina la fijación de las piezas rejuntando la huella entre adoquines con arena y cemento o adhesivo cementoso. Se extiende con un cepillo de cerdas grueso y se limpia.