Si te decides a reformar y acondicionar tu buhardilla, te contamos cómo será el proceso a seguir, para poner en marcha tu proyecto.
De ello va a depender el diseño del espacio, el tipo de proyecto y de obra, que se van a abordar, así como los materiales y acabados que se van a utilizar. No dividirla tiene ventajas, ya que lograremos mayor sensación de amplitud en un espacio que, por la inclinación de la cubierta, suele parecer más pequeño. Además, se aprovecha mejor toda la estancia; y resulta más luminosa, al beneficiarse toda ella de la luz que entra por las ventanas. Al no tener que levantar tabiques, también se ahorra en material y mano de obra. La buhardilla también podría usarse, por ejemplo, como habitación de invitados, y en este caso podría interesar incorporar un aseo, que habría que acondicionar y cerrar. Pero antes habría que comprobar si la estancia cuenta con las todas las preinstalaciones necesarias (agua, evacuación de aguas residuales).
Pueden darse dos situaciones. En primer lugar, que el acceso a la buhardilla sea desde un lateral. En este caso, lo normal es que esté construida la escalera, y la buhardilla puede estar abierta o tener un tabique, con o sin puerta, que la separe de ella. Si, por el contrario, está completamente cerrada, se puede tirar el tabique entero o hacerlo parcialmente para abrir el hueco de la puerta. Depende de la intimidad que se busque. En segundo lugar, cuando el acceso es a través del suelo, lo normal es que la escalera no esté construida y que, además de abrir el hueco de acceso, haya que instalarla. Hay varios tipos de escalera: escamoteables, se pliegan cuando no se van a usar, de caracol, recta, recta con ahorro de espacio, en forma de U o ¼ de giro. También podremos optar por una escalera de obra, ideal para casas amplias.
Que la buhardilla cuente o no con instalaciones de luz, agua y evacuación de aguas residuales determinará el desarrollo del proyecto. En viviendas de obra nueva es más frecuente que haya al menos preinstalación de luz, y sólo habrá que decidir dónde se colocan los enchufes, interruptores, puntos de luz y tomas de televisión y teléfono. En casas más antiguas, con buhardillas cerradas que han actuado como cámaras de aire, es probable que no las haya y, en ese caso, habrá que llevarlas desde la vivienda. Esto será decisivo a la hora de construir un baño, pues sin ellas de origen la obra se complicaría.
Conviene elegir un acristalamiento con: cámara de aire para aislar al máximo; control solar para evitar el calentamiento excesivo en verano; de baja emisividad, para que no se escape el frío en verano ni el calor en invierno. Las ventanas pueden completarse con persianas o estores para tamizar la luz o dejar el interior a oscuras. Las ventanas se abren en los huecos que quedan entre las viguetas del forjado, y técnicamente pueden ponerse tantas como huecos haya, aunque conviene consultar la normativa urbanística al respecto. Si el techo tiene vigas decorativas, hay que instalar las ventanas en la misma dirección que éstas y tener en cuenta su separación al decidir las medidas.
Si la buhardilla se va a usar mucho, conviene climatizarla para que sea lo más confortable posible, teniendo en cuenta que, al ser la parte más alta de la casa y la más expuesta al exterior, será la más fría en invierno y la más calurosa en verano. Para calentarla se puede prolongar el circuito de la calefacción de la casa e instalar radiadores, u optar por un emisor eléctrico. Además, se puede añadir una chimenea o estufa, ideales para un espacio que invita al recogimiento, al confort y al disfrute. Para aliviar el calor que se concentra en verano, lo mejor es un aparato de aire acondicionado. Una bomba de calor con sistema Inverter refrescará la estancia y complementará a la calefacción en invierno.
Una vez realizada la instalación eléctrica, es recomendable aislar las paredes. Sea cual sea el nivel de aislamiento de la buhardilla, nunca está de más añadir un buen refuerzo, por ejemplo de lana de roca, que impida que el calor se escape en invierno y penetre en verano. Éste puede colocarse al tiempo que se dejan las paredes completamente lisas con un trasdosado de placas de yeso. Estos paneles de cartón yeso permitirán, además, replantear las instalaciones eléctricas y las conducciones de la calefacción sin necesidad de hacer rozas, pues también quedarán ocultas tras ellos.
Tras abrir las ventanas, en la mayoría de los casos bastará con pintar el techo, que suele estar acabado. Una idea muy decorativa es rematarlo con vigas de poliuretano de imitación a madera. Bastará con pegarlas a la superficie de yeso cuando la pintura esté seca.
Hay pinturas decorativas lisas de multitud de colores, de efectos... y la elección dependerá del estilo que se le quiera dar a la buhardilla. Una de estilo rústico puede pintarse con pintura de estuco, por ejemplo.
Entre las diferentes opciones (cerámicos, vinílicos) existentes, los de madera son los más confortables para una buhardilla. Se puede optar por un suelo multicapa o por uno de madera maciza, y se puede aprovechar su instalación para colocar suelo radiante en lugar de radiadores de agua.
Para aprovechar los espacios bajos que quedan en el extremo de la buhardilla donde muere el techo, se pueden instalar baldas o muebles de obra o de madera a la medida. Además, puedes darle un toque personal a tu buhardilla decorándola con lo último.