Las alfombras también tienen cabida en primavera y verano, dentro y fuera de casa. La clave para acertar en su uso está en elegir materiales más frescos y diseños más ligeros. Así puedes cambiar la alfombra gruesa que tanto ha caldeado en invierno por otra que rebaje la temperatura. Porque en verano la decoración, como la ropa de nuestro armario, se hace más fresquita. ¡Pero olvida lo de prescindir de alfombras! ¿Sabes por qué no debes hacerlo? Porque también en verano amortiguan el sonido, lo absorben, y este detalle hace que los interiores y exteriores se sientan más confortables.
A la vista decoran, aportan textura, materiales que enriquecen y te ayudan a delimitar ambientes. También en el jardín o en una terraza. Con ellas puedes marcar el espacio de comedor o crear una zona chill out con cojines de suelo y varios farolillos. Y según el material que escojas, y que ahora te explicamos, serán perfectas para una zona cubierta o totalmente descubierta. Los materiales adecuados resisten a la intemperie, incluso a pleno sol. ¿Sabías que algunos absorben la humedad? Es el caso de algunas fibras naturales así que en zonas húmedas, una alfombra en verano, rebajará algún grado la humedad en el ambiente.
Alfombras de verano para el interior
Si lo que buscas es vestir tus suelos de interior con alfombras que no retengan el calor, que se sientan más refrescantes, sin duda las fabricadas en fibra vegetal (bambú, yute, sisal, cáñamo, coco…) son muy apropiadas. Los materiales naturales aportan frescura, son transpirables y ayudan a regular la humedad ambiental. El aspecto es sosegado, muy apropiado para crear atmósferas relajantes. Las encontrarás en tonos naturales o teñidas, incluso, estampadas con diseños tropicales o geométricos.
Tampoco nos olvidamos de las alfombras de verano de algodón, tipo esteras, rematadas con costuras o con flecos y pompones. Quizá las que ponen una nota bohemia y desenfadada a los interiores en verano. Suaves y ligeras, confortables en contacto con el pie descalzo, son perfectas para lucirlas superpuestas, unas sobre otras para crear con varias pequeñas una superficie de mayor tamaño o una más grande de base con otra pequeña encima.
Alfombras de verano para terrazas, porches y jardines
También en una terraza cubierta o en un porche techado, las alfombras de yute son aptas para exterior. Pero la recomendación es que estén resguardadas del contacto directo con el sol y con la lluvia de las tormentas de verano. Estos materiales no soportan bien las condiciones extremas por lo que se estropearían rápido. Mientras que puedes beneficiarte de su efecto si tienes un espacio exterior cubierto.
¿Prefieres una alfombra de verano para despreocuparte si le da el sol o el agua? Entonces, sin dudas, las apropiadas son las fabricadas con materiales sintéticos, como las de fibras de PVC o polipropileno: una nueva generación de alfombras resistente a las inclemencias meteorológicas -el contacto directo con el sol y el agua- y no retienen el calor. Podrás pisarlas descalzo sin quemarte. Además, este tipo de alfombra de verano en materiales sintéticos tiene un beneficio importante porque son antibacterianas e hipoalergénicas, por lo que son la opción idónea para las personas con alergias. Podrán disfrutar también dentro de casa de la suavidad de una alfombra sin consecuencias negativas para su salud.
Un material como el polipropileno permite crear trenzados gruesos y finos que imitan una amplia variedad de texturas. Úsalas para un rincón junto a la piscina, en el porche bajo la mesa de centro del salón exterior, en un balcón para cubrir el suelo que no te gusta o en la terraza con varios pufs y una mesa hecha con palets.