Olvídate de tus viejos azulejos de pared para siempre. Se trata de renovar las paredes de tu baño para que sean tal y como las imaginas: delicadas, actuales, bonitas…
Ponte en situación: jornada de cambio de baño. Amanece con la ilusión de saber que cuando se ponga el sol, tu baño se habrá transformado por completo. Ponte ropa cómoda, zapatillas y coge el rodillo, ¡empezamos por las paredes!
Estás en la puerta de tu baño, miras alrededor y, de repente, tus antiguos y oscuros azulejos se transforman en esos blancos que tanto deseas. ¿Cómo? Con un par de pasadas de esmalte o con baldosas adhesivas.
Y si eres de los que cambia de opinión cada poco tiempo esta idea te va a encantar: existe la posibilidad de revestir una pared de azulejos sin mancharte con un sistema que convierte en adhesivo cualquier azulejo.
¿Paredes lisas? Entonces la pintura y el papel pintado son los aliados en el cambio. ¿Ves las paredes de tu baño pintadas en un coqueto verde aguamarina o en un vivo amarillo mostaza? Juega con un tono de base como el blanco e introduce color en otra pared (siempre en versiones especiales para baños, que son más resistentes a la humedad) o combina pintura con papel pintado o papel pintado con un friso a media altura y añade motivos, colores y texturas (los papeles vinílicos son muy resistentes al agua). ¿Y pintura de pizarra? ¡Por qué no!