El punto fuerte de las hornacinas es que quedan totalmente empotradas en el tabique y no sobresalen. Al ganarle ese espacio a la pared, evitas tener que colocar bandejas o estantes desmontables que suelen ser inestables y también te libras de chocarte con las cestas que a veces resultan tan molestas. Así contarás con un mayor espacio útil para ducharte o bañarte y visualmente parecerá que cuentas con una zona más despejada y amplia.
Además, las hornacinas son mucho más fáciles de limpiar que otros accesorios que tengas que comprar para apoyar los productos de aseo.
¿Dónde colocar la hornacina?
Elegir bien la ubicación de la hornacina es determinante para ganar en funcionalidad en el cuarto de baño. Lo más frecuente es que las hornacinas se hagan en la zona de la ducha o bañera. Si es tu caso, ten en cuenta que es recomendable dejar suficiente distancia de separación respecto de la grifería para que su uso sea realmente práctico.
No obstante, puedes replicar la idea en cualquier rincón del cuarto de baño. Si te decantas por una ubicación fuera de la zona de la ducha o bañera, puedes utilizar la hornacina para otro fines como guardar los objetos que no pueden estar en contacto con el agua, como por ejemplo, apilar las toallas u organizar los objetos eléctricos (secadores, máquinas de afeitado…).
¿O qué te parecería hacer algunas hornacinas para simplemente para adornar y exponer a la vista elementos decorativos? Unas velas, difusores de aromas o adornos variados pueden ser una gran opción para acicalar el cuarto de baño.
Innumerables posibilidades
Las opciones de composición son infinitas: puedes hacer las hornacinas de la profundidad que elijas (siempre que el grosor del tabique lo permita); puedes escoger crear una única hornacina a la medida deseada o varias; alargadas que crucen toda la pared, cuadradas o rectangulares tanto en posición apaisada como en vertical; con marco o sin él; revestidas de la misma cerámica que la pared o, por el contrario, de otro azulejo distinto; con iluminación interior, etc.
Sin duda, es una de las tendencias en auge y una de las peticiones más solicitadas a la hora de reformar los cuartos de baño. Cuando quede abierto el hueco de la pared, se medirá el espacio donde va a ir montada la hornacina y se cortarán las piezas a medida. Si te decantas por una hornacina con DM, necesitará un barniz protector contra la humedad y, a continuación, la pintura. Si lo prefieres, puedes crear la hornacina con los propios azulejos con los que has revestido la pared en la que va a quedar encastrada -suele ser la opción más común-. El proceso se completará pegando todas las piezas: la trasera, la base, las paredes laterales y la pieza superior con adhesivo de montaje en el hueco. Para rematar, se rellenará con pasta de lechada la unión del revestimiento de la pared y el cajeado de la hornacina. Se ha de prestar especial atención al perfecto sellado de las juntas para impermeabilizar todos los recovecos.
¡Listo! Ahora está todo a mano y organizado.