El chi es la energía universal que circula en nuestro interior pero también en nuestra casa. Mientras circule todo va bien pero, si se bloquea, el efecto más visible en nuestro cuerpo puede ser la enfermedad. En nuestra casa, una atmósfera negativa puede afectar el sueño, la salud, la suerte, la armonía de nuestras relaciones y hasta nuestro futuro profesional. ¡Casi nada!
Entonces… ¿Cómo cuidar el chi? Existen muchas técnicas dependiendo del lugar pero, en general, es fundamental evitar el desorden. La desorganización se apodera del chi, así que procura mantener el orden en zonas de almacenamiento ocultas y bien organizadas. Otra regla universal: al chi no le gustan las esquinas. Pon algo de luz en ellas como una guirnalda o una bonita lámpara. También hay que evitar dar la espalda a la puerta. Para cumplir con la regla del "control de las puertas", organiza la ubicación de todas las camas, sofás, sillones e incluso la zona de la cocina de forma que puedas “vigilar” el acceso.