El Hibiscus es una planta de exterior, un arbusto de hoja perenne que puede llegar a crecer hasta los cinco metros de altura plantado en el jardín. Si se cultiva en maceta, podrá alcanzar los dos metros.
Sus hojas son de color verde oscuro brillante, ovaladas y con los bordes un poco dentados. Destaca por sus hermosas flores que pueden ser de diversos tamaños y colores, en función de la variedad. Cada una de sus flores tiene cinco pétalos que forman un embudo de cuyo centro salen largos estambres con anteras amarillas. Las hay de tonalidades rojas, amarillas, naranjas, rosas, blancas, azules o moradas.
En los climas tropicales, la floración se produce durante todo el año pero en nuestro clima, el hibisco suele florecer desde mediados de verano hasta principios de otoño.
Cuidados del Hibiscus planta
Si necesitas trasplantar el hibisco, debes hacerlo al llegar la primavera. No obstante, ten en consideración que la maceta sea acorde a su tamaño; si el recipiente fuera mucho más grande que las raíces, la planta solo daría hojas.
- Luz y temperatura. El hibisco es originario de climas tropicales, por lo que necesita vivir en ambientes cálidos, entre 14 y 18 grados como mínimo. Debe situarse a salvo del frío y de las heladas, en un lugar bien iluminado. Le gusta recibir la luz solar directa durante las primeras horas del día.
- Riego. Durante toda la época de floración y sobre todo en verano, el riego debe ser abundante. Conviene mantener el suelo siempre húmedo, pero es muy importante evitar encharcamientos con un buen drenaje. En invierno el Hibiscus apenas necesita agua. Si se cultiva en interior, hay que pulverizar las hojas regularmente para proporcionarle un ambiente húmedo.
- Abono. El abonado del hibisco es fundamental para contribuir a que sus flores prolonguen su vida y estimular la producción de flores nuevas. Una buena opción es utilizar un fertilizante granulado de liberación lenta en primavera y abonar cada quince días durante la floración.
- Poda. ¿Quieres asegurarte de que tu hibisco va a ofrecerte una floración espectacular? Entonces poda la planta en primavera. Utiliza unas tijeras adecuadas que hayas desinfectado previamente. Lo primero que debes hacer es recortar los brotes del año anterior para mantener una forma atractiva. Elimina también las ramas muertas o dañadas. Puedes cortar también algunos tallos viejos para impedir que crezca demasiado congestionada.
- Plagas y enfermedades. Esta planta es sensible, sobre todo, a pulgones, cochinillas y araña roja, aunque también hay que tener cuidado con la mosca blanca y la abeja serradora de hojas. ¿Las hojas de tu hibisco presentan manchas blancas o castañas? Es signo de que tiene hongos y debes retirar de inmediato las hojas dañadas y rociar la planta con un fungicida. Si, por contra, tiene las hojas amarillas, puede ser por un exceso de riego o falta de nutrientes. Se soluciona reduciendo los riegos y utilizando abono cada quince días. ¿El hibisco tira los botones o capullos antes de abrirlos? Puede deberse al frío o por a un ambiente demasiado seco.
- Reproducción. El hibisco puede propagarse fácilmente por esquejes. Para ello, corta una rama de la planta, unta el corte con hormona enraizante y sumérgelo en agua. Deja el esqueje en agua durante aproximadamente dos meses, o hasta que desarrolle raíces. Es importante que cambies el agua cada semana.
Por último, revisa frecuentemente el hibisco. Si aprecias que no da flores puede que se deba a un exceso de abono. Para remediarlo retira el abonado un par de meses y cuando lo retomes hazlo con menor frecuencia y cantidad. Si los brotes permanecen cerrados es porque le falta luz; con cambiar su ubicación bastaría.