Muchas veces es el gran olvidado y tiene peso en la decoración y el efecto final. Puedes darle color, en bloque (es decir, todo pintado del mismo tono) o jugar con rayas. Si lo pintas de un color oscuro estará haciendo que parezca más bajo (lo que puede ayudar en salones de techos altos). Si tu techo es de altura convencional y te apetece darle color, opta por uno más suave. Aquí se ha jugado con las rayas en blanco y color. Con ellas también puedes jugar con los efectos ópticos ya que según se coloque en paralelo o en perpendicular al lado más estrecho parecerá que la estancia es más o menos ancha.
13. ¿Y por qué no atreverse también con el suelo?
¿Sabías que existen pinturas especiales para tratar y colorear los suelos? Un recurso para renovar el aspecto de tu pavimento sin necesidad de cambiarlo. Este suelo de tonos amarillos-ocres no puede ser más rompedor. Combínalo con verde flúor o azul eléctrico y tu salón será el prototipo de un espacio vanguardista.
14. ¡Todo al negro!
Hace unos años decir que querías pintar una de las paredes del salón en color negro por completo sería considerado poco más que un sacrilegio. Pero ¿qué opinas ahora? Es una apuesta arriesgada pero que luce espectacular. Dispuesto con piezas claves en madera o en hierro o aluminio brillará por méritos propios.
15. El blanco, el comodín de pinturas para salones de todos los estilos
Si quieres una sala de estar moderna pero sin arriesgar mucho, puedes decantarte con el color de referencia para muchos estilos: el blanco. Dependiendo del tipo de mobiliario y objetos de decoración que acompañen al conjunto podrás encontrar tu propio estilo contemporáneo.