Los plafones son perfectos para estancias de dimensiones reducidas e incluso en espacios donde no se requiere tanta luz, como puede ser la zona donde está la televisión, el dormitorio o el descansillo de la escalera, entre otros sitios.
En pasillos estrechos o lugares en los que quieras resaltar un rincón en particular, un plafón también da mucho juego. Los hay muy estrechos, que apenas ocupan espacio y no es necesario realizar ningún tipo de obra para su instalación.
Otra opción es colocar los plafones en la pared. De esta manera, puedes conseguir una iluminación de tipo indirecta capaz de crear espacios más íntimos y elegantes. También son muy útiles para destacar elementos decorativos, como cuadros o una columna.
Puedes, además, crear un interesante efecto colocando varios plafones pequeños en el techo a modo decorativo. El resultado será mucho más atractivo y limpio que si colocas uno grande.