Tu zona de estudio puede ser la más molona con una paleta cromática a base de tonos acogedores; te ayudarán a estar concentrado y podrás realizar combinaciones llenas de armonía. Si tu habitación recibe una buena fuente de luz natural la mayor parte del día, lo ideal para trabajar, podrás jugar con dos colores bien distintos en las paredes. Uno más cálido junto a tu lugar de trabajo y otro más frío en la zona donde duermes.
Después, utilízalos también para los muebles y accesorios de la habitación. Si lo prefieres, algo más rebajados en intensidad. Pueden estar presentes en los estantes, en las patas de las mesas, en las cajoneras… e incluso en el estor plegable o la ropa de cama.
Y no olvides rodearte de esos objetos de mesa y complementos que te permitirán encontrarte aún más a gusto. Como un gran corcho en la pared. Así podrás tenerlo todo a golpe de vista: el horario de clases, las fotos de los amigos, la entrada del último concierto, etc.
4. Tus mejores aliados para el orden que necesitas
Una zona donde estudiar, trabajar con el ordenador y escribir requiere mucho orden a su alrededor. Es la mejor manera de sentirse bien en ella sin que los papeles y otras pertenencias te vayan comiendo terreno. Hay numerosas soluciones que te valdrán. Para el material de consulta que no usas a diario y que sin embargo ocupa bastante, son muy prácticas las cajas de plástico con tapa, así no entrará polvo en su interior.
Para tener controlado todo lo que necesitas tener sobre la mesa puedes crear pequeños puntos donde guardar material de escritorio con cajitas de madera alineadas, o si lo prefieres colgadas en la pared. Y los colgadores adhesivos o con ventosa son de gran utilidad para dejar la mochila, el casco de la bici… ¡Resérvales un hueco!
5. Un estudio mini hecho por ti... y además, ¡plegable!
Si te gustan las propuestas decorativas DIY, ¿qué tal montar una pequeña zona de estudio en tu casa? Así el hecho de que ésta sea más bien pequeña, o se trate de un apartamento, no será un inconveniente. Una de las ventajas de esta original solución, es que está pensada para ser plegable. Es decir, cuando no la vayas a usar no se notará que está ahí porque quedará pegada como un mural a la pared.
¿Quieres tomar nota de lo que tendrás que usar? Tan solo unos tableros que te cortamos a la medida que necesites, unas bisagras de piano, un tirador y unos tacos para fijarlos a la pared donde vayas a montar esta oficina mini. Mira bien todos los colores y acabados que puedes elegir para los tableros y si te apetece añadirle algún plus decorativo, basta con dar pintura de pizarra y magnética al lateral que más se luce y ¡a presumir!
6. Una iluminación artificial adaptable y con accesorios integrados
Aunque la luz natural es la mejor herramienta con la que contar en una zona de estudio como la tuya, no siempre es posible disponer de ella. Una iluminación artificial bien pensada será su mejor sustituta, y desde luego un elemento imprescindible si te gusta estudiar de noche.
Busca lámparas que se adapten bien a tu espacio, se enciendan y apaguen sin ningún esfuerzo de forma táctil y te garanticen una luz regulable en tono e intensidad. Los flexos LED son perfectos si tienes una mesa pequeña porque ocupan muy poco sobre el tablero, y más aún si son plegables. Incluso hay modelos que incorporan accesorios para que te ahorres tenerlos desplegados sobre la mesa: desde reloj, a indicador de temperatura y puerto USB.