Fin de la temporada de baño: prepara tu piscina para el invierno
Cuando acaba la temporada veraniega hay que despedirse de disfrutar de la piscina, pero no de las tareas de mantenimiento para protegerla del invierno. Es un pequeño esfuerzo que deberás hacer para después ahorrar dinero, trabajo y tiempo. A continuación te explicamos todos los pasos que debes dar y te ofrecemos algunos consejos que te serán de gran utilidad. ¡Toma nota!
¿Vaciar o no la piscina? He ahí la cuestión
Cada vez es más habitual conservar la mayor parte del agua de la piscina durante la temporada en la que no se usa, especialmente si utilizas un sistema de cloración salina. Mediante este método ahorras muchos litros de agua y, por consiguiente, ahorras también dinero y contribuyes a la conservación del medio.
El problema llega cuando tienes que hacer reparaciones en el vaso y aprovechas para ello durante la temporada de hibernación. En este caso, lo más aconsejable es que sencillamente cuides el agua con un mantenimiento similar al que haces durante la temporada de baño; así no necesitas hacer un llenado nuevo y tendrás el agua preparada para disfrutarla cuando regrese el calor. De esta forma, el vaso de la piscina está también más protegido con el agua y se evitan deterioros en el revestimiento de la superficie que podrían producirse al disminuir la habitual presión ejercida por el agua sobre las paredes.
Si decides conservar el agua durante el invierno, debes bajar el nivel del agua unos 20 cm para que el vaso no esté completamente lleno. El nivel ha de quedar siempre unos 5 cm por debajo del skimmer para evitar posibles problemas.
¿Cómo calcular el volumen de tu piscina?
Si quieres conocer el volumen de tu piscina, debes saber que este cálculo se realiza, por regla general, con la fórmula: largo x ancho x profundidad. No obstante, has de tener en cuenta la forma de tu piscina.
- El volumen de una piscina rectangular: se calcula multiplicando: largo x ancho x profundidad media.
- El volumen de una piscina ovalada: largo x ancho x profundidad media x coeficiente (0.89).
- El volumen de una piscina redonda: diámetro x diámetro x profundidad media x coeficiente (0.785).
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Limpiafondos para una limpieza profunda
Al terminar la época de baño, el agua ha ido acumulando del uso partículas y elementos que hay que eliminar. Para ello, lo más recomendable es utilizar un limpiafondos para evitar que queden depósitos de suciedad que puedan alterar las propiedades del agua. Hay dos tipos: los limpiafondos de piscina automáticos y los robots limpiafondos eléctricos. Escoger una opción u otra depende del tipo de funcionamiento de cada uno.
Siguiendo con las tareas de limpieza, es importante que laves y revises los filtros y prefiltros de tu piscina con el producto específico recomendado para cada caso. El mantenimiento de los filtros alarga su vida útil y mejora la capacidad de filtración.
Para ello, hay que desincrustar toda la suciedad y dejarlo en perfecto estado de uso. Además, tendrás que comprobar el estado del material filtrante del filtro general, por si hay que lavarlo o sustituirlo.
Si tu filtro es de arena, puedes añadir un desapelmazante, para evitar que se compacte. También debes engrasar las válvulas y juntas de cierre de la instalación de manera adecuada.
Utiliza productos para comprobar el estado del agua
Aplica un invernador (es un producto para tratar el agua de la piscina dura el tiempo que no se usa) específico en el agua en la dosis recomendada por el fabricante. Su labor es evitar el daño que pueda causar en el agua la suciedad, la materia orgánica, las algas o las bacterias. Lo normal es hacer un primer tratamiento una vez finalizada la temporada y después realizar un par de tratamientos más, espaciados durante el otoño e invierno. En cualquier caso, los efectos del invernador son perecederos, por lo que tienes que realizar el proceso cuantas veces sea necesario, según las recomendaciones del fabricante, para que la prevención sea efectiva.
Además, es muy importante que compruebes de manera periódica los niveles de pH y de cloro en el agua para tener una idea real de cuál es su estado. Para ello, puedes usar una serie de productos para el cloro y el mantenimiento del agua, como alguicidas, desincrustantes y limpiadores, kits de mantenimiento o reguladores de pH. Todos ellos te asegurarán un mejor mantenimiento de tu piscina durante los meses de invierno, proporcionándote así una mejor experiencia de uso en los meses estivales.
Las condiciones climáticas, como lluvias, vientos, heladas, contaminación, etc. y la temperatura ambiente de cada zona condicionan la frecuencia con la que debes hacer el tratamiento. También influye el entorno en el que esté situada la piscina, con más o menos arbolado cercano, por ejemplo, que obligará a hacer un mantenimiento más o menos frecuente.
Protege la piscina con cobertores
Los protectores de invierno más comunes están fabricados en poliéster recubierto de PVC. Con ellos se consigue ahorrar en tratamiento químico y, además, son una medida de seguridad para evitar que alguien pueda caerse al agua. Deben estar bien anclados y tensados para evitar accidentes.
¿Qué debes tener en cuenta al elegir un cobertor?
- El tamaño y forma de tu piscina.
- La resistencia: alta densidad del poliéster para evitar desgarros y roturas.
- Los anclajes: elementos de fijación que garanticen la estabilidad ante la eventual caída de objetos o personas.
- Los tensores: que permitan el correcto tensado para evitar la penetración en el agua de microorganismos que dañen su calidad.
- Existen algunos cobertores con aislamiento específico: para evitar el excesivo enfriamiento de la capa de agua superficial de la piscina.
Guarda bien todo el material
- Limpia, guarda, protege y almacena bien todos los complementos de la piscina, como sillas, mesas, tumbonas, sombrillas, lámparas auxiliares… Si tienes escaleras desmontables, guárdalas también. Si tienes duchas o grifos para mangueras alrededor de la piscina, deben estar protegidos en caso de heladas.
- Guarda de manera ordenada y protege los productos químicos que no vayas a usar y los de limpieza, como limpiafondos, pértigas, mangueras… Protege o guarda, igualmente, los calentadores, sean eléctricos, de bomba de calor o solares, según las recomendaciones de cada caso.
- Limpia, protege y acondiciona el cuarto o depósito en el que esté colocada la depuradora. Protégelo para que tampoco le afecten las heladas ni las inclemencias del tiempo, como lluvia, vientos, nevadas, etc.
Pon en marcha la depuradora
La depuradora de piscina es el elemento principal del sistema de filtración de la piscina. Sirve para purificar el agua a través de la retención de las impurezas que se encuentran en ella. Para el rellenado de la piscina, deberás tener en cuenta que si has realizado el tratamiento de invierno, tendrás que rellenar el nivel del agua hasta que llegue a la mitad del skimmer.
En caso de no haber hecho el invernaje, tendrás que vaciar la piscina y volver a rellenarla.
Lo primero antes de su uso es comprobar que el motor está en buen estado y que los prefiltros están libres de hojas y restos de suciedad. Una vez llena la piscina, es recomendable tratar el filtro con algún producto de limpieza y desinfección. Suelen venir en formato granulado y se echan en el skimmer (bocas de succión de las paredes de la piscina). Desde aquí van directamente hacia la arena y la dejan libre de gérmenes y suciedad.