Las motoazadas y motocultores son máquinas agrícolas que pueden utilizarse para todo tipo de labores en la huerta o el jardín, como cavar, abonar, airear, sembrar o cultivar la tierra. Están indicadas para diferentes tipos de superficie y, además, con ellas puedes preparar el terreno para la próxima siembra.
Dependiendo de la extensión de terreno, así como del campo de trabajo necesario, puedes elegir entre una motoazada o un motocultor. Las diferencias entre ambas máquinas son las siguientes:
Se trata de la maquinaría de jardín y huerto indicada para pequeñas y medianas superficies, en función de su potencia y ancho de trabajo: podrás usarla en parterres, jardines, pequeños huertos… Te permiten remover la tierra en profundidad y preparar el terreno para el cultivo.
La motoazada es propulsada por un motor,( ya sea eléctrico, de gasolina o diésel), que acciona un grupo de fresas mediante una transmisión que puede ser de correa, de cadenas o mediante un tornillo sin fin. A diferencia de los motocultores, dotados de ruedas, en una motoazada son las propias fresas las que generan el avance de la máquina mientras está trabajando. A mayor número de fresas, más capacidad de remover el terreno.
Aunque muchas vienen equipadas con una rueda delantera para pequeños transportes y es posible sustituir las fresas por unos ejes con ruedas, pudiéndose incluso acoplar a la motoazada un pequeño remolque y ruedas para utilizarlo en tareas de transporte.
Las motoazadas incluyen una o varias marchas de avance, en cuyo caso podrás adecuar la velocidad de avance de la máquina al tipo de trabajo realizado, también pueden tener una marcha atrás para mayor comodidad en la realización de las labores.
A diferencia de las motoazadas, los motocultores, además de las fresas, están dotados de un eje de ruedas, lo cual aumenta la comodidad de trabajo, requiriendo mucho menos esfuerzo para su manejo.
En general están recomendados para trabajar en superficies mayores que las motoazadas. Son máquinas que funcionan como vehículos autopropulsados por un eje.
Profundidad en el terreno cultivable: la motoazada proporciona mayor profundidad.
Peso: la máquina más pesada es el motocultor
Superficie recomendada: la motoazada está recomendada hasta 400 m2, mientras que el motocultor se recomienda hasta 500 m2.
Esfuerzo: para utilizar el motocultor se requiere menos esfuerzo que para la motoazada
Ruedas: la motoazada no dispone de ellas, sin embargo el motocultor, sí.
Las principales características que a tener en cuenta son:
Ancho de trabajo: Los anchos de trabajo más habituales, entre las motoazadas y los motocultores, suelen estar entre los 25-60 cm, las mas pequeñas están indicadas para pequeños trabajos como parterres, pequeños invernaderos… mientras que las mayores son adecuadas para jardines o huertos de extensión media.
Motor: Determinar qué tipo de motor debe equipar el motocultor es una de las cuestiones fundamentales, íntimamente relacionado con la potencia necesaria para trabajar el terreno del que disponemos.
Para un uso poco habitual, bastará con que tu motoazada o motocultor cuente con una potencia de 5 a 8 CV, ya sean gasolina o diésel. Mientras que si vas a darle a esta herramienta un uso intensivo, esta requerirá una potencia superior a los 10 CV.
Tipos de motores que encontrarás son:
Arranque: El motor puede ser de arranque manual (a cuerda), o bien de arranque eléctrico (a llave). Este último más cómodo.
Número de fresas: Otras de las claves para la elección de esta herramienta es el número de fresas que la máquina incorpora, habitualmente entre 4 y 6 y que determina el ancho de trabajo y, por tanto, la mayor o menor capacidad de remover la tierra.
Para que nuestra máquina tenga una mayor vida y rendimiento, debes tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Comprobar el nivel de aceite con regularidad y cambiarlo según la recomendación del fabricante.
Limpiar o sustituir el filtro de aire periódicamente.
Mantener el sistema de refrigeración limpio y limpiar o sustituir la bujía periódicamente.
Lubricar de forma habitual las uniones mecánicas, los cables de control y el pivote del tensionador de la correa con aceite.
Verificar el estado de las cuchillas habitualmente y, si están gastadas, afilarlas o sustituirlas.
En función del uso, comprobar que todos los pernos y tuercas estén bien apretados, especialmente los de la fresa.
Comprueba el nivel de aceite de la caja de engranajes antes de utilizar la máquina.
Inspeccionar y ajustar el tensor y los cables de control de propulsión, cada vez que utilices la herramienta.
Para utilizar correctamente estas máquinas y evitar problemas, puedes seguir estos sencillos consejos: