La elección del pie de parasol ideal, para tu jardín o ático, condiciona la buena sujeción y resistencia ante las inclemencias del tiempo ¡Te enseñamos a continuación todo lo que debes saber para escoger la mejor opción!
Antes de elegir el pie de nuestro parasol tenemos que tener en cuenta dos aspectos clave: Cómo es mi parasol, excéntrico (lateral) o de mástil central, y cómo termina, en tubo o en cruceta.
Los pies rellenables cuentan con la ventaja, frente al resto, de que una vez vacíos, son más fáciles de transportar y guardar.
Ya sea de tipo excéntrico o tradicional, te proponemos diferentes opciones para personalizar tu jardín y dotar a tu parasol de la base o pie que mejor se ajuste al estilo de tu terraza y de tu parasol. Además, podremos elegir entre diversas formas: redondos, cuadrados o por piezas, para su posterior montaje.
También encontrarás pies de parasol en diversos materiales, que condicionarán la resistencia y sujeción a la que va a ser expuesto: viento, lluvia, etc.
Consejos de mantenimiento: limpiarlos con un paño húmedo utilizando una solución neutra y después secarlos. No utilizar productos abrasivos para no dañarlos.
Consejos de mantenimiento: limpiarlos con un paño.
Consejos de mantenimiento: limpiarlos con un cepillo. Guardarlos durante el invierno en un lugar cerrado.
Consejos de mantenimiento: no utilizar productos abrasivos, que puedan deteriorar su sellado, ni objetos afilados para evitar arañarlos. Si ocurriera cualquier desperfecto repáralo cuanto antes para evitar que se oxide.
Consejos de mantenimiento: limpiar con agua y jabón. Para una limpieza más profunda te recomendamos nuestros limpiadores específicos para muebles de resina.
Consejos de mantenimiento: limpiar con agua y jabón. Para una limpieza más profunda te recomendamos nuestros limpiadores específicos para muebles de resina.
La instalación no requiere montaje, tan sólo debemos encajar el parasol en el pie del mismo. Pero sí debemos tener en cuenta su peso, que suele ser en torno a los 30 kg. A poder ser, siempre debemos acogernos al peso aconsejado por el fabricante en relación al parasol adquirido.
Algunos pies incorporan asas para hacer más fácil su desplazamiento de un lugar a otro del jardín.