El tratamiento mediante cloración salina mantiene limpia la piscina a través de un proceso de electrólisis (descomposición de una sustancia mediante corriente eléctrica) que convierte la sal común (cloruro sódico), previamente añadida al agua, en un desinfectante activo (hipoclorito sódico). Es decir, conseguir producir cloro en la mínima proporción adecuada para tu piscina y de una manera más ecológica y asequible.
Este proceso genera una fuente de cloro debido a la presencia de sal en el agua y actúa como un desinfectante muy potente, eliminando sustancias contaminantes del agua: todas las bacterias, algas y cloraminas desaparecen, sin dejar residuos ni contaminación. Y es que, incorporando sal al agua y sometiéndola a un proceso de electrólisis, se forman iones de cloruro, muy eficaces para desinfectar.
Para pasarte al tratamiento con sal solo tienes que conectar el tubo del clorador después de tu filtro, en serie con tu circuito de depuración. Te sirve tu sistema de filtrado (así que no necesitas cambiar la bomba, ni el filtro).
Así, primero se filtra el agua y luego, al pasar por el proceso de electrólisis, se genera el cloro que llegará inmediatamente a tu piscina.
El funcionamiento de este sistema es muy simple: la primera vez debes añadir 4 o 5 kilos de sal pura (sin añadidos) por cada 1.000 litros de agua (o lo que es lo mismo, por cada metro cúbico) y conectar el clorador a la depuradora.
Es un sistema muy sencillo que evita el tratamiento químico del agua de tu piscina y los riesgos que este conlleva, evita los ojos rojos, la sequedad de la piel y el olor a cloro.
Con este sistema puedes prescindir del uso del cloro y otros productos, ya que mantiene la piscina en óptimas condicionas al ser tratada permanentemente. Solo debes controlar los niveles de cloro y de pH (basta con que lo hagas 2 o 3 veces al mes).
Otra de sus ventajas es que este sistema de depuración es válido para todo tipo de piscinas (privadas, públicas, centros de spa, balnearios, etc.); puedes irte de vacaciones sin temor a que el agua se eche a perder; y puedes conservarla de un año a otro. El pequeño tamaño del clorador salino hace que se adapte a la caseta de depuración de cualquier piscina.
Si realizas el mantenimiento de tu piscina con sal, debes seguir una serie de pasos para tratar el agua:
Si no has mantenido el agua de tu piscina durante el invierno sigue estos pasos para recuperar las mejores condiciones para poder disfrutar del verano:
Descubre en este vídeo más información sobre la cloración salina: