El césped natural es una buena elección para decorar un jardín, proteger el suelo e incluso producir oxígeno, aunque no hay que olvidar que requiere de una serie de cuidados. ¿Cuál es el que mejor se adapta a tu jardín? A continuación te damos todas las claves.
Las especies más comunes son las siguientes.
A la hora de elegir el césped que vas a sembrar es aconsejable que te guíes por las recomendaciones del productor en cuanto a la zona y el clima recomendados. Es la mejor garantía de éxito para conseguir una pradera verde y sana. La zona y el clima determinan el tipo de césped a sembrar. Hay semillas para condiciones climatológicas cálidas y para frías; semillas que requieren poco agua o que aguantan bien la sombra...
Como hemos visto en la clasificación, dependiendo de si se quiere un césped decorativo, de flor, rústico, repoblador o deportivo se elegirá una combinación de semillas u otra.
Uso como zona de deporte: Requiere que sea resistente a las pisadas. El Ray-grass inglés es idóneo.
Uso cotidiano, pero que no requiera un mantenimiento excesivo. Tiene que ser resistente, denso y que no se levante rápidamente.
Uso exclusivamente decorativo: Es el que se conoce como ornamental, más fino y denso.
Universal: Apto para todo tipo de suelos. Destaca por su resistencia media-alta al pisoteo y su crecimiento medio-rápido.
Rústico: Máxima resistencia al pisoteo, a la sequía y a la humedad abundante. Con poco mantenimiento se mantiene bien todo el año.
Deportivo: Semillas para espacios de uso recreativo o deportivo que se puede sembrar en cualquier terreno. Crece rápido y resiste mucho el desgaste. Hay que regarlo a diario.
Gramma fina: Pensado para sembrar en el área mediterránea y sur por su aclimatación a la sequía. Crece bastante. Pensado para terrenos secos.
Repoblador: Se usa para repoblar zonas dañadas o deterioradas y zonas con poca vegetación natural. Tolera mayor grado de pisoteo, vale para cualquier clima y crece con rapidez.
Inglés: Es muy ornamental. Sus principales ventajas son su color verde intenso, muy atractivo visualmente, su tacto suave y su adaptación a cualquier clima (excelente para sombras y resiste a la sequía).
De sombra: Es un césped fino, pensado únicamente para un uso decorativo, es fácil de sembrar, resiste al pisoteo y evita la propagación de malas hierbas. Crece mucho más lento que los anteriores y necesita tanto sol como sombra, pero no se puede encharcar.
De sol: Su resistencia al pisoteo es alta. Necesita poca agua (no soporta continuos encharcamientos) y, por tanto, se ahorra dinero y es idóneo para climas secos y húmedos.
Puede hacerse durante todo el año, a excepción de temporadas de mucho frío, mucho calor y sequía. Marzo, abril y septiembre son los meses más recomendables porque las temperaturas son moderadas. Una vez sembrado hay que esperar entre 7 y 10 días para poder pisar el terreno.