Hay diversos productos para limpiar, proteger y mantener el suelo brillante y, en lo posible, libre de manchas. Para elegir el más adecuado hay que tener en cuenta, en primer lugar de qué tipo de suelo se trata.
Estos suelos, entre los que se incluye el tradicional parqué, están fabricados con madera maciza o en capas. A diferencia de los laminados que incluyen una capa protectora de material plástico, en estos suelos la madera queda expuesta. Por ello, se acuchillan y se barnizan. Algo que no requieren los laminados.
Antes de aplicar cualquier producto, quita el polvo con aspiradora o mopa.
Para una limpieza en profundidad, conviene:
También es conveniente aplicar un protector después de un acuchillado, ya que protegen el barniz.
Como mantenimiento (limpieza frecuente), utiliza un limpiador de uso diario específico para suelos de madera (o parqué), aunque también puedes utilizar un jabón neutro. Los productos limpiadores específicos:
También hay limpiadores con efecto abrillantador: son los limpiadores-abrillantadores, los cuales refuerzan la película protectora.
Los protectores contienen polímeros que conforman una especie de película protectora en la superficie:
Aunque la mayoría de los suelos de madera están barnizados, hay quienes prefieren el uso de ceras. En este caso, hay que tener en cuenta:
Estos suelos, cada vez más frecuentes, imitan a la perfección los distintos tipos de madera. A diferencia de los de madera maciza o multicapa, no requieren acuchillados ni la aplicación de barnices.
Para una limpieza en profundidad, conviene:
Si se necesita limpiar solamente una pequeña superficie, lo más práctico es utilizar un limpiador exprés en spray: se pulveriza directamente y no necesita aclarado.
Para quitar sustancias adheridas o manchas difíciles (como restos de pegamento o chicle o marcas de rotulador o grasa), puedes utilizar un quitamanchas para superficies plásticas. Comprueba siempre que el producto sea apto para suelos laminados.
Como mantenimiento (limpieza frecuente), se recomienda pasar una fregona húmeda con un limpiador de uso diario específico para suelos laminados.
Estos suelos son cada vez más demandados: tienen un aspecto similar a los laminados y se instalan fácilmente. Incluso hay lamas y losetas autoadhesivas.
Para su limpieza tienes varias opciones:
Al ser porosos, estos suelos absorben rápidamente las manchas, que resultan muy difíciles de eliminar. Además, el mármol se deteriora fácilmente con sustancias ácidas que dejan una huella en su superficie. Por este motivo hay que evitar que reciban salpicaduras de, por ejemplo, limpiadores para baños que suelen contener elementos ácidos (antical).También hay que prestar especial atención al orín de las mascotas y a algunas bebidas como café, colas, etc. Es importante limpiar la macha lo antes posible.
Para prevenir la aparición de manchas, es fundamental aplicar un protector específico para mármol y piedras naturales o para terracota (según sea el suelo).
Estos suelos son muy resistentes y, sin duda, muy fáciles de mantener y limpiar.
Para mantener limpia una moqueta lo mejor es aspirarla frecuentemente. También se puede utilizar una vaporeta para una limpieza en profundidad.
Se pueden emplear productos específicos para moquetas y alfombras de todo tipo, incluso si son de fibras vegetales (como sisal, coco…) o del teplón (un material vinílico que imita diversos tejidos).
Estos productos suelen tener la misma composición que los que se utilizan en tapicería. Los hay de tres tipos:
Para quitar manchas, si se trata de manchas puntuales y el resto de la alfombra está limpia, conviene utilizar un limpiador quitamanchas. Vienen en prácticos pulverizadores: se aplica sobre la mancha, se deja actuar y se retira con un paño limpio. Se recomienda aplicarlo en cuanto se produce la mancha.