Dentro de las vallas de seguridad encontramos soluciones infantiles, protegen a los niños de caídas de la cama y limitan su acceso a zonas de riesgo como por ejemplo escaleras, y vallas para impedir el paso de animales. En la elección ten en cuenta el uso, el tipo de apertura y el modo de instalación: atornillado o a presión.
Lo primero que debes tener en cuenta en la elección de una valla es si está destinada a la protección infantil o va a limitar el acceso o paso de mascotas.
Cama. Evitan que los niños de más de 6 meses se caigan de la cama. Pueden ser plegables o fijas.
Puertas y escaleras. Limitan el acceso de los niños a una zona de riesgo o a una escalera para evitar el riesgo de caídas. Indicadas para niños de entre 0 y 24 meses.
Dentro de las vallas, tanto las infantiles como las indicadas para animales, encontramos soluciones para fijar mediante tornillos o para instalar a presión (no requieren hacer agujeros, perfectas para pisos de alquiler o segundas residencias. También hay vallas infantiles de tela, plegables, ligeras y fáciles de transportar, por lo que son ideales para llevar de viaje.
La apertura de cualquiera de ellas puede ser plegable (común en las vallas indicadas para animales), abatible o también pueden ser vallas fijas, que no se abren.
Mide el hueco de la puerta de marco a marco (figura A). Algunos modelos indicados para limitar el acceso en puertas, escaleras o jardines son extensibles para ajustarse a diferentes medidas del hueco.
Si la valla infantil se va a colocar en la parte superior de la escalera, para impedir que el niño caiga por ella, no debes ponerla ningún escalón por debajo del último peldaño. Si, por el contrario, vas a situarla debajo para limitar el acceso a un piso superior tienes que colocarla en el suelo.
Las vallas situadas en la parte superior de la escaleras, nunca deben abrir hacía el hueco de la escalera.
No coloques las vallas de protección en ventanas.
No utilices disolventes, productos abrasivos, ni limpiadores en polvo para la limpieza de las valla.