Las marquesinas para puertas son una buena solución para proteger la entrada del hogar de la lluvia y del sol. Te permite crear una protección efectiva para la puerta de entrada a tu casa o de salida al jardín sin necesidad de hacer obras.
Asimismo, son un complemento de decoración con el que podemos darle un toque más personal a este espacio exterior.
Tenemos distintas opciones en cuanto a materiales, formas y medidas, que podrás elegir para que se adapte mejor a tu necesidad y que cubra la superficie que necesites.
Ten en cuenta la superficie que necesitas cubrir. Te ofrecemos diferentes medidas. Sobre una puerta te recomendamos que el ancho sobresalga entre 10 y 15 centímetros por cada lado.
Se venden en kits y son muy fáciles de instalar. Te recomendamos fijarla a la pared con tacos químicos o metálicos.
Diferentes estilos y colores que se adaptan a todos los estilos, clásicas, modernas, rústicas...
Poner una marquesina en la puerta de entrada de nuestra casa es una excelente solución, a la vez funcional y decorativa. Los usos o funcionalidades que te ofrece son:
Las marquesinas están formadas por dos elementos:
Teniendo en cuenta que sobre él apoya el tejado de la marquesina y debe soportar el peso de nieve, granizo... la principal exigencia es que sea muy resistente. Los materiales más habituales en los que se fabrican son:
Aluminio: es un material ligero, pero resistente, y de fácil mantenimiento que, además, ofrece diversas opciones de acabado.
Acero inoxidable: se caracteriza por ser muy duradero.
Forja: este material aporta gran durabilidad y requiere escaso mantenimiento.
Madera: requiere un mayor mantenimiento. Generalmente estas marquesinas se suministran sin tejado. En esos casos se puede optar por tejas o piezas que lo imitan en PVC y que se colocan sobre un tablero que se recomienda que sea hidrófugo.
Existen marquesinas con formas diversas para que puedas elegir la que mejor se adapte a tu estilo: hay marquesinas con formas rectas o curvadas y con fijación inferior, lateral o superior.
El tejado de la marquesina es el elemento que se expone directamente a las inclemencias del tiempo, sufre el contacto con el agua o el impacto directo de los rayos del sol.
Para mejorar su resistencia y durabilidad, existen tejados de distintos materiales. Las opciones son: acrílicos, teja, vidrio y policarbonato. En este último caso pueden llevar tratamiento anti rayos ultravioleta (UV), que evitará que tu puerta se decolore por la incidencia de los rayos solares.
También puedes elegir el tipo de acabado y, por tanto, el aspecto que quieres que luzca: traslúcidos, opacos, transparentes o de color.
Como ya hemos comentado, podemos encontrar marquesinas de diferentes medidas. Hay que tener en cuenta que se necesita un espacio suficiente de pared para poder fijar la marquesina a ella. Nos encontraremos con anchos de entre 90 cm a 4.
La salida o caída de la cubiera, aproximadamente, medirá desde 60 cm hasta 1 m. Esta será la superficie que cubra la marquesina.
Al instalar una marquesina debemos asegurar una correcta fijación, ya que son estructuras pesadas y que tienen que soportar las inclemencias meteorológicas, especialmente el viento.
Debemos tener en cuenta el material de la superficie, pero lo más recomendable es usar un taco químico o tacos metálicos para garantizar un mejor agarre.
Por último, añádele un extra a tu marquesina. Poniendo tiras de LED, conectadas a una toma de corriente, siempre tendrás la luz que necesitas cuando oscurece, siendo una solución muy económica. En iluminación exterior encontrarás los kits de tiras LED que más te convienen.