Ligero, resistente al impacto y a los cambios de temperatura y aislante, el vidrio plástico (termoplástico transparente) es una solución ideal para mantener el paso de la luz en terrazas o marquesinas, como sustituto del vidrio en ventanas y mamparas, para realizar separaciones en el interior de la vivienda, o con fines decorativos en muebles, puertas, iluminación...
El policarbonato aísla mejor que el vidrio –tanto térmica como acústicamente- y pesa la mitad. La resistencia a los agentes químicos y al fuego (retrasa la llama y no emite humos tóxicos), son otras de sus ventajas frente al metacrilato y el poliestireno.
Dentro de la familia de los policarbonatos podemos diferenciar el policarbonato celular. Muy ligero gracias a sus estructura alveolar (nido de abeja), está pensado para cubrir y aislar techos y cubiertas.
Podemos elegir diferentes acabados en función de los gustos, la luminosidad o las necesidades de ocultar o preservar la intimidad. El acabado liso transparente, por ejemplo, es una opción idónea para crear una sensación visual de más espacio en estancias pequeñas, mientras que en las mamparas es más extendido el acabado opaco, de gotas de agua, de corteza...
Todos los vidrioplásticos están disponibles en diferentes colores.
Para cortar los vidrioplásticos basta con una sierra de calar, tanto eléctrica como manual, con una hoja de dientes finos.
No utilices adhesivos instantáneos ya que dejan mate la superficie. Te recomendamos un adhesivo bicomponente transparente.
Los vidrio plásticos son vulnerables al rayado así que no los limpies con estropajos ni con productos agresivos. Tampoco los limpies en seco ya que al arrastrar la suciedad corres el riesgo de rayar la superficie.
Te recomendamos que para la limpieza utilices una esponja con agua y jabón neutro y lo seques con un paño suave. Para suciedad difícil de quitar utiliza alcohol de limpieza diluido en agua.