A la hora de decidir el tipo de suelo para tu hogar es importante tomar una decisión que cumpla con lo que buscas. Si lo que necesitas es una solución que te ofrezca ahorro y comodidad, una buena opción es el suelo vinílico.
Entre sus cualidades más destacadas sobresalen su alta resistencia frente a distintas agresiones y su facilidad de limpieza.
Estéticamente, existe un amplio abanico de modelos que imitan diversos materiales (madera, cerámica…) y que ofrecen infinidad de combinaciones, ayudándote a conseguir un acabado original.
El suelo vinílico es resistente a la abrasión, al agua y al desgaste. Es antibacteriano, antideslizante y antiestático.
Hay dos tipos de instalación: adhesiva y en clic. Vale para todo tipo de estancias: dormitorios, salones, cocinas, baños… Sólo deberás de fijarte en el uso que vas a darle (muy intenso, intenso o moderado) para lograr una mayor durabilidad.
No requiere de obras. Su instalación en ambos casos es sencilla.
El pavimento de PVC o suelo vinílico es un revestimiento plástico con el que reformar y transformar tus estancias sin necesidad de obras. Es resistente a la abrasión, al agua y al desgaste por lo que, en función de su uso, está indicado para todo tipo de estancias: baños, cocinas, dormitorios, salones…. Así mismo, evita el crecimiento de bacterias, las concentraciones de polvo y las molestas descargas de electricidad estática.
Por formatos podemos dividirlo en dos grandes grupos: losetas y lamas.
A la hora de escoger un suelo vinílico, sigue estos pasos:
1. Elige el color
Es lo primero que deberás elegir y a partir de ahí seguir con el resto de criterios.
Las tonalidades que encontrarás disponibles serán:
- Blancos
- Grises
- Beiges
- Naturales
- Rojizos
- Especiales (acabados cerámicos, cementos, óxidos…)
2. ¿Qué uso le vas a dar?
Los suelos vinílicos ofrecen diferentes resistencias al uso. Deberás escoger suelos de uso muy intenso, intenso o moderado en función del número de personas que habiten en la casa, si hay animales, si es primera o segunda vivienda…
La diferencia entre unos y otros estriba en la capa de uso, que es la que determina la resistencia del suelo a las pisadas y los roces. A mayor capa de uso, mayor resistencia.
Tipos de usos:
- Uso moderado: cuenta con una capa de uso de 0,07 a 0,2 mm. Está destinado a familias con poco tránsito en casa como parejas jóvenes o solteros; o para suelos ubicados en viviendas ocasionales (verano o alquiler).
- Uso intenso: cuenta con una capa de uso de 0,2 a 0,3 mm. Está destinado a familias con hijos y para zonas especialmente transitadas de la casa.
- Uso muy intenso: cuenta con una capa de uso de 0,55 mm. Está destinado a familias con hijos, animales domésticos y zonas con tránsito muy intenso (incluso comercios).
Es importante también el grosor de la lama o loseta, ya que aporta al suelo robustez y un mejor comportamiento acústico a la pisada. Puedes encontrar grosores totales de entre 2,5 y 5 mm. En el caso de la instalación clic, a mayor espesor, el clic es más duradero.
3. ¿En qué estancia de la casa va a ubicarse?
El destino donde se vaya a instalar el suelo está especialmente relacionado con el uso, ya que en función de la estancia tendrá un uso más intenso o no. Normalmente, los baños y las cocinas son unas de las estancias con más tránsito de la casa, con lo que requerirán un suelo con una capa de uso muy intenso.
4. El tipo de instalación
Hay dos posibilidades:
- Mediante lamas y losetas adhesivas: se adhieren a la superficie a modo de pegatina. Deben de ser instaladas en suelos nivelados y no porosos para que se adhieran bien; de lo contrario deberás de utilizar tapaporos.
- Mediante lamas en clic: se colocan encajadas unas con otras a través de un sistema de clic. Se puede instalar en todo tipos de superficies (excepto moquetas o alfombras). No hace falta nivelación de la superficie a partir de 5mm de espesor de la lama (si no hay imperfecciones en la superficie superiores a 1 mm). Es una instalación más rápida.
La gran mayoría de los suelos vinílicos comparten ventajas: son antialérgicos, antiestáticos, antideslizantes (depende) y aptos para instalar en habitaciones con calefacción. Todos presentan una gran dureza y resistencia a la humedad.
Para estancias grandes son preferibles los colores oscuros ya que dan sensación de acogimiento.
Para estancias pequeñas lo recomendable son los colores claros ya que agrandan los lugares visualmente. Las tonalidades claras, además, son relajantes.
El color puede ser usado siguiendo dos conceptos, armonía y contraste: